A los 20 años es muy característico el perfil de paciente que se deja influir por las tendencias. La cantidad de información que le llega es tan variada y accesible, que es importante buscar asesoramiento profesional para saber qué es lo necesita realmente la piel y qué tratamientos puede recibir.
Lo confirma la doctora Natalia Ribé, del Institut Dra. Natalia Ribé, que explica que "debido a que en esta edad es muy común presentar problemáticas específicas como el acné, es importante recibir un buen asesoramiento de productos, poniéndonos siempre en manos de profesionales experimentados".
"En nuestra opinión, es fundamental hacerse con una rutina de cuidados cosméticos cutáneos individualizados, teniendo en cuenta el tipo y estado de la piel", comentan Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto, de la Clínica Mira+cueto.
"Para mantener la frescura, luminosidad y tersura, lo más importante es realizar una limpieza todos los días, por la mañana y por la noche, e hidratarla con una crema ligera adecuada a su tipología: si es normal, sensible, grasa o mixta (en raras ocasiones es seca)", explica el doctor Ángel Martín, director médico de Clínica Menorca.
"Además, es muy importante proteger durante el día la piel del sol con una crema solar que contenga, como mínimo, un factor de protección 15", añade el experto.

La prevención es la clave a los 20 años
"Si pensamos que una piel de 20 años no necesita tratamientos o cuidados, estamos dejando de lado una parte muy importante de la medicina estética: la prevención”, afirma la Dra. Ribé. Anticiparte a futuras problemáticas de la piel puede ahorrar tener que recurrir a tratamientos más invasivos al cabo de los años.
"Los peelings químicos superficiales, para mejorar la textura de la piel y tratar procesos dermatológicos como el acné o la rosácea, son aconsejables a esta edad", señalan las doctoras Mira y Cueto.
"También los tratamientos de microporación, aplicados con dispositivos que contienen microagujitas, que permiten abrir pequeños canales en la piel a través de los cuáles se pueden aplicar principios activos para reducir imperfecciones".
¿Qué les preocupa a las mujeres de 20 años?
Para la doctora Josefina Royo, del Instituto Médico Láser, la celulitis, la lipodistrofia y el tamaño y forma de su pecho son los tres aspectos que preocupan a las más jóvenes cuando hablamos del cuerpo.
Para tratar el aspecto de piel de naranja (celulitis fibrosa), recomienda la ozonoterapia, que mejora la circulación, o la carboxiterapia para tratar los casos de celulitis flácida.
"A la hora de combatir los acúmulos grasos, generalmente de piernas, muslos, caderas y glúteos, el lipoláser corrige de forma permanente estas zonas, llegando a reducir el peso de 3 a 4 kg", declara la doctora Royo.

"En el caso de la cirugía de aumento mamario, se realiza con anestesia general corta (50 minutos), y es necesario que la paciente evite el ejercicio durante dos semanas, tiempo durante el cual debe llevar un sujetador especial", puntualiza.
En esta etapa es importante centrarse en la eliminación del vello corporal recurriendo al láser. Así se evitarán las más de 7.000 veces que las mujeres se depilan de media a lo largo de su vida.
Lo más demandado a los 20 años
Además del aumento o reducción de pecho, "a esta edad es frecuente realizarse una rinoplastia porque es lo más evidente a nivel facial, y lo que más cambia la expresión del rostro", expresa la doctora Cristina Brasó, del Instituto de Cirugía y Medicina Estética Tintoré Brasó.
"La otoplastia, intervención para corregir el pabellón auditivo, también se recomienda como primera intervención en menores de edad, ya que la formación auricular de la oreja es completa a partir de los cuatro años, y puede crear un complejo muy grande".
También es muy común entre las adolescentes, debido a la constante exposición a las redes sociales, solicitar tratamientos para agrandar la mirada, aumentar el grosor de los labios y mejorar el aspecto de la piel cuando no es realmente necesario.
Pero el doctor Ángel Martín lo desaconseja: "Antes de los 30 es mejor evitar tratamientos estéticos como la mesoterapia, la toxina botulínica o las infiltraciones, porque podemos crear una serie de dependencias que no son del todo sanas".