Aceptar el paso del tiempo es inevitable, pero esto no implica renunciar a lucir un aspecto vital y luminoso, incluso después de cumplir 50 años. Sin embargo, conseguir llegar a ese objetivo, es una carrera de fondo. Hay que retroceder en el tiempo y volver a nuestra yo de 25 años. ¿Qué cosas te hubiese gustado saber para haber evitado errores? Estar en el camino correcto del cuidado de la piel no siempre es fácil, pero si, desde que empieces a cuidarte la dermis de forma rutinaria, llevas a cabo pequeños gestos sencillos que no requieren (mucho) esfuerzo, marcarás la diferencia a los 50, 60, 70 y muchos más. ¡Toma nota y luce un rostro perfecto a cualquier edad!
- Protección solar diaria:
El protector solar es clave para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel y las arrugas, evitar las quemaduras, mantener la salud de la piel y evitar la hiperpigmentación cutánea. Uno de los fallos más comunes que cometemos es pensar que solo hace falta aplicárselo en verano, cuando la realidad es que los dermatólogos recomiendan usarlo durante todo el año (e incluso en días nublados). Uno de los mandamientos beauty que no debemos saltarnos nunca.
- Hidratación constante:
Hidratarse en fundamental. A todas horas y de todas las formas. Al igual que el organismo necesita agua para mantenerse bien, la piel lo requiere para estar sana. La lista de razones por las que hay que hidratar la dermis todos los días es infinita: prevención de sequedad, escamación e irritación, reducción de la apariencia de arrugas, protección contra factores ambientales, mantenimiento de un rostro suave, luminoso y elástico... Mantén tu piel bien hidratada usando cremas y sueros hidratantes, sobre todo, incluye en tu rutina tratamientos ricos en ácido hialurónico.

- Limpiador suave:
Cuando utilizamos productos muy agresivos corremos el riesgo de irritar la piel. Lo recomendado es seguir una rutina con tratamientos que no resequen la dermis, eliminen las impurezas y ayuden a mantener los poros limpios. Aquí entra en juego la doble limpieza facial que es, básicamente, utilizar todos tipos de cosméticos para limpiarnos el cutis. Por un lado, una leche limpiadora para retirar la suciedad oleosoluble y, por otro, un limpiador para las impurezas hidrosolubles.
- Exfoliación moderada:
A medida que envejecemos, la capacidad de nuestra piel para regenerarse disminuye, lo que conduce a una acumulación más rápida de células muertas. Para mantener la luminosidad de la piel en lugar de una apariencia apagada, es esencial incorporar la exfoliación en tu rutina. Selecciona un exfoliante suave una o dos veces por semana para estimular la renovación celular.

- Antioxidantes en la dieta:
Los antioxidantes son sustancias que combaten los radicales libres, los causantes del daño celular. ¿Quieres más razones? Mantiene la salud de la piel, lucha contra el estrés oxidativo, fortalece el sistema inmunológico, reduce el riesgo de enfermedades crónicas, mejora la función cognitiva y contribuyen a la salud del corazón al reducir la inflamación y potenciar la salud de los vasos sanguíneos. ¡Incluye frutas, verduras, nueces, semillas y otros alimentos ricos en vitaminas y minerales antioxidantes en tu dieta y disfruta de tu mejor versión!
- No te olvides del cuello y otras zonas del rostro:
Los signos del envejecimiento que se visibilizan en el rostro también se presentan en otras áreas expuestas de tu cuerpo, como el cuello, el escote o las manos. Por lo tanto, al aplicar tus tratamientos, asegúrate de extender su aplicación a todas estas zonas para abordar de manera integral los signos del envejecimiento. Algo similar sucede con el contorno de ojos, la gran zona olvidada del rostro. Utilizar productos específicos para esa zona hará que se disminuyan las bolsas y ojeras.
- Mascarillas y tratamientos:
No es necesario llegar al nivel de las coreanas, cuyas rutinas engloban mascarillas diarias, pero sí es importante el hecho de brindar a tu piel un impulso adicional de nutrientes mediante una mascarilla, al menos una vez a la semana. Concédete unos minutos de cuidados e incorpora mascarillas y tratamientos faciales en tu skincare para abordar problemas específicos de la dermis, como la hidratación intensiva o el control del acné.