La idea de que el dinero no da la felicidad ha prevalecido durante décadas en nuestra sociedad. Los estudios demostraban que ganar más de lo necesario para cubrir nuestras necesidades básicas y mantenernos en una situación cómoda era innecesario para generar dopamina, e incluso aseguraban que esto podría conducirnos a ser menos felices. Es decir que aunque el dinero no proporcione felicidad, ganarlo es imprescindible para lograr este objetivo.

La cantidad que necesitamos para alcanzar la felicidad varía mucho según las necesidades individuales de cada uno. Por ello, la Universidad de Harvard ha realizado un estudio para descubrir qué sueldo medio hemos de recibir para ser felices.
Harvard calcula que la cantidad para que un estadounidense necesita es de 72.000 dólares anuales. Esta cifra no implica una garantía absoluta para lograr la felicidad, pero sí que resulta una desventaja para todos los que no cuentan con ella; ya que de no alcanzar esos números, se podrían vivir situaciones indeseadas, tales como deudas, no llegar a fin de mes o la imposibilidad de comprar alimentos o ropa. La investigación de la Universidad de Harvard apunta a que esta cantidad sirve para cubrir las necesidades básicas y contar con ciertas comodidades sin excesos.
Cuánto dinero necesita ganar un español para ser feliz
Estos 72.000 dólares al año es lo que necesita un estadounidense para alcanzar su comodidad económica. Pero el factor geográfico es muy importante, puesto que los servicios públicos que se ofrece en el país norteamericano son diferentes a los que contamos en España.

Según el profesor matemático Santi García Cremades, lo más importantes para que seamos felices es mantener relaciones interpersonales sanas y duraderas. Aún así, el científico ha calculado que una persona española necesita cobrar 1.496 euros al mes para cubrir lo mínimo y ser feliz, lo que se traduce a 17.952 euros al año. Eso si no tenemos hijos. De tenerlos, hemos de cobrar al menos 54.000 euros anuales si tenemos una familia con un sólo hijo y 72.000 euros en caso de tener dos. “Difícil ser feliz”, concluye su aportación García Cremades.