Es bien sabido por todos que somos seres sociales, que de forma innata nos relacionamos entre nosotros y creamos conexiones de todo tipo. No todas acaban siendo esenciales en nuestra vida, sino que su importancia varía en función del paso del tiempo y de cómo nosotros mismos cambiamos. Dentro de todo este tipo de conexiones la amistad es una de las más valoradas porque nos aporta mucha felicidad (aquí te dejamos las cuatro áreas clave para alcanzar la felicidad, según un profesor de Harvard por si te interesa). No en vano se dice tanto eso de que "quien tiene un amigo tiene un tesoro", ¿verdad? Son un pilar en el que apoyarnos tanto en los momentos buenos como en los malos. El problema es que parece que según nos vamos haciendo mayores cada vez se vuelve más complicado el hacer amigos, como si todas estas relaciones de amistad estuviesen ya creadas y apenas consiguiéramos crear nuevas. Es cierto que cuando somos jóvenes es cuando más fácil es hacer amigos porque estamos constantemente en ambientes en los que conocemos nuevas personas (el colegio, el instituto, la universidad, el primer trabajo...), pero eso no significa que haya una edad tope para ello. Hacer amigos a partir de los 30 o 40 años puede parecer difícil pero es posible.
Cómo hacer amigos siendo adultos según una experta de Harvard

Precisamente esto es lo que vamos a ver hoy de la mano de Alison Wood Brooks, profesora asociada de administración de empresas en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. Si bien ella comparte el pensamiento colectivo de cómo es más complicado hacer amigos a medida que nos vamos haciendo mayores, también afirma que no es algo imposible.
Y no solo eso, sino que además de ser posible hacer nuevos amigos cuando somos adultos, también podemos conseguir que estas amistades sean profundas y duraderas, no meras relaciones banales. ¿La clave para ello? Estar atentas y fijarnos en la otra persona, así como pensar qué podemos ofrecerles.

De esta forma, la experta afirma que "si estás tratando de encontrar a un nuevo amigo, deberías concentrarte en lo que será gratificante para ellos al tenerte como amigo". Haciendo referencia a que si somos conscientes de qué podemos aportar a la otra persona, podremos crear una amistad más plena.
A medida que vamos creciendo tenemos más responsabilidades (trabajo, pareja, hijos...) y nuestro tiempo se vuelve más limitado, por lo que somos más selectivos con en qué lo empleamos. Por eso es clave saber qué podemos aportar bueno de cara a que empleen con nosotros su tiempo.

"Muchos adultos tienen muchas exigencias sobre sus recursos. Están constantemente pensando en sus hijos o en su trabajo, por lo que ofrecerles una escapada emocionante de esas cosas puede ser realmente valioso" explica.
"Puedes preguntarle a un amigo: '¿Cómo puedo ayudarte “A veces, solo eso también es muy útil para un amigo”, afirma, haciendo referencia a cómo el interesarnos por su vida e intentar encajar en ella viendo qué aportar es algo muy positivo.
"Cuanto más puedas entender lo que necesitan y proporcionárselo, más gratificante será la amistad y más dispuestos y entusiasmados estarán ellos de hacer lo mismo por ti a cambio" concluye.
