Lo sabemos: la pregunta puede parecer a priori bastante extraña para algunos, desconocida. Sin embargo, la lactancia erótica es una de las prácticas sexuales que siempre han existido y que ahora está comenzando a visualizarse. Puede convertirse en un paso más para desterrar muchos de los tabúes que persiguen (todavía) a nuestra vida sexual. ¿Quién no quiere un sexo libre de complejos?
La definición de esta nueva práctica para muchos es tan simple como su propio nombre indica. Se trata de incluir el amamantamiento de la pareja como parte del juego erótico durante el tiempo que dura la lactancia. Es decir, una mujer obtiene placer amamantando a su pareja y su contraparte lo obtiene succionando leche materna de los senos de la mujer.
La primera duda que surge cuando se conoce esta práctica es si de verdad existen hombres (o mujeres) a los que les parezca placentero ser amamantados por sus parejas; incluso si hay mujeres dispuestas a realizar dicha práctica. Pues sí, es solo una opción más de placer sexual, como realizar sexo oral: es el disfrute de las sensaciones del cuerpo.
No obstante, es cierto que la lactancia erótica (en ocasiones denominada como lactofilia) ha sido calificada como una desviación diferente a la norma; ha estado siempre considerada como una de las peores parafilias sexuales existentes debido a sus connotaciones maternales, algo de lo que siempre se aleja al máximo de cualquier faceta relacionada con el sexo.
La parte femenina más erógena

Lo primero que debemos tener presente al hablar de este tema es que los pechos son una de las partes más erógenas del cuerpo femenino, debido a la capacidad que tienen de proporcionar placer a la mujer por el gran número de terminaciones nerviosas que poseen. Además, su forma siempre ha generado gran atracción y fascinación.
“Los pechos y, en concreto, los pezones, son una zona muy erógena del cuerpo de la mujer. Su aspecto caracteriza la sexualidad, es fuente de vida pero también de placer erótico. Por esto mismo no es de extrañar que se incluyan en las diferentes prácticas sexuales y no queden en un segundo plano durante la lactancia”, afirma Raquel Graña, psicóloga, sexóloga y coach educativa.
Y es que no hace falta que te demos una guía de todas las prácticas sexuales en las que puedes incluir tus senos: se pueden sujetar, lamer, chupar, e incluso hacerlos protagonistas en diferentes juegos sexuales que incluyan prácticas S&M (como el uso de tenacillas o pinzas) o el factor sexual de la comida (como recubrirlos de chocolate, fruta...). ”La lactancia erótica estimula el disfrute y las sensaciones corporales, da rienda suelta al deseo y la pasión, pero también puede generar un gran vínculo de intimidad”, continúa Graña.
La leche materna

Quizá por ello, la lactancia materna y su principal función reproductiva siempre se ha intentado ver desde un punto de vista no sexual (lo que choca frontalmente con esta práctica).
Hay otro tabú relacionado con este tema: el de las mujeres que, sin quererlo, sufren orgasmos mientras alimentan a sus bebés. “Muchas mujeres pueden sentir placer al dar de mamar a su hijo, incluso llegar al orgasmo. Esto es una respuesta natural, totalmente fisiológica, que no debe ser juzgada ni puesta en cuestión. Cada cuerpo es único y cada uno experimenta las sensaciones de forma diferente; el cuerpo tan solo es un conductor”, sostiene la experta. Pero ello no quita que la mayoría de madres, ante esta reacción física, sientan vergüenza y culpabilidad.
Además de esto, la Breastfeeding Medicine Academy de Los Ángeles, California afirma que la leche materna funciona como suplemento nutritivo que mejora el rendimiento físico de los adultos, pero aún faltan estudios e investigaciones para corroborarlo. Incluso, otro de los beneficios de los que se habla que tiene la lactancia erótica es que la estimulación del pezón reduce la incidencia de contraer cáncer de mama.
Como todo lo que concierne al ámbito sexual, el hecho de incluir la lactancia dentro de las relaciones consentidas en la pareja es solo una opción más. Y es que, a pesar de englobarse dentro de las parafilias sexuales, es una práctica muy habitual que realizan muchas parejas. Aun así, la libertad sexual en pareja debe ser uno de los principios básicos para poder disfrutar experimentando todos los rincones de vuestra sexualidad.