Todo el mundo dice 'vinchi' y, en realidad, se dice 'vinci'. Patricia Rubido está sentada de espaldas mientras peinan su melena rubia, pero no pierde ni un detalle de la conversación que transcurre a su alrededor. En una habitación del hotel Vincci Capitol, en plena Gran Vía de Madrid, el equipo de Marie Claire se prepara para un descubrimiento: el armario de esta gallega residente en Madrid, amante del surf y directora de uno de los hoteles más emblemáticos de la capital. El de la fachada con el neón de Schweppes. El que está junto a los cines Capitol.
A simple vista, el gusto textil de Patricia encaja con la definición de estilo masculino: aparece con traje de chaqueta y chaleco, bajo el que luce una camisa blanca "comprada en una tienda de ropa de hombre".
En el armario de Patricia hay trajes de chaqueta, mucho zapato plano y algún tacón para citas especiales. No faltan detalles urbanos y algún estampado muy comedido.
Un estudio más cuidadoso del estilismo revela detalles que rompen la etiqueta. En los pies luce calcetines de un turquesa brillante y botines, también de hombre, hechos a medida con piel de serpiente pintada de verde esmeralda. En el cuello, dos collares surferos conjuntados con dos anillos finísimos en sus dedos anulares. En un momento dado, se quita la camisa y el chaleco se asienta sobre su piel.

El estilo masculino con un aire surfero es la insignia de Patricia
Y llega la pregunta que nos ha traído aquí: ¿cómo defines tu estilo? "Muy cómodo, muy masculino y muy hombre". Entre sus básicos cuenta las camisas del género opuesto, los pantalones rectos y el zapato plano, todo en colores oscuros. Patricia no entiende la masculinidad como una categoría estanca, sino como un terreno abierto al cambio. "Si me dejaran, me pondría unas All Star para venir a trabajar", cuenta. No está pendiente de las tendencias, pero esa, la de combinar deportivas con ropa formal, le encanta. Tampoco le gusta ir de tiendas ("ir a Zara es como meterme en Pachá") aunque, si le toca renovar armario, apuesta por Isabel Marant para los trajes, Marlota para las americanas y Massimo Dutti para los básicos. Su mayor capricho estilístico sería una chaqueta de esmoquin de Chanel. ¿Y su deseo de moda? "Me gustaría que las mujeres del mundo ejecutivo se atrevieran más a la hora de vestirse. Ver menos traje de mamá y menos tacón. Menos falda de tubo con cinturón".