Puede que la boda de Eugenia de York no lograra eclipsar a las otras bodas del 2018, por un lado la boda real del príncipe Harry y Meghan Markle (que ya esperan su primer hijo) y por el otro lado la hiper mega social boda de Chiara Ferragni y Fedez. Sin embargo, ya seas la heredera de la corona británica o la actual reina de Instagram, hay un solo aspecto que te une al resto de mujeres, el deseo (evidente) de querer que tu boda sea la más única de todas.
Hasta hace algunos años llevar un segundo vestido de novia el día de tu boda era algo extraño y no siempre bien visto. Aun recuerdo como una jefa me comentaba que "llevar un segundo vestido es algo así como cutre". Tras sendos bodorrios parece que la cosa ha cambiado. Ha llegado el momento de poner tu tacón de cenicienta sobre la pista de baile del día de tu boda y decir. "si Meg puede, yo también".
La decisión de cambiarse de vestido durante la boda tiene una explicación muy sencilla. Por un lado, el vestido de la ceremonia suele ser más recargado y complica los movimientos... Es poco práctico. Por otro lado, si te casas en una iglesia, tienes que seguir con el protocolo (no solo tienen que cumplirlo los invitados). Esto conlleva que el vestido debe ser más "recatado", no se pueden llevar los hombros sueltos, nada de tirantes, transparencias, aberturas demasiado exageradas o escotes. Claro, hasta hace poco si tenías que cumplir con esto y pasearte con le mismo vestido durante recepción, cóctel, banquete y baile, ni podías lucirte ni podías moverte.
Por todo ello, comenzó a tomar fuerza el cambio de vestido. Puedes optar por un segundo vestido que nada tenga que ver con el anterior -fíjate en el radical cambio de Eugenia de York y que puede con todo).
Pero además de la espectacularidad y el lucimiento, la finalidad de este segundo vestido es la practicidad. Puedes optar por un vestido más corto, más sencillo y que te permita moverte con mayor facilidad. Recordamos el tercer vestido de Chiara Ferragni, un auténtico tutú con el que hasta se pudo subir a una noria.
Te contmaos por qué darle una oportunidad al segundo vestido de novia el día de tu boda y cómo hacerlo como una auténtica estrella. Ser la segunda a veces también tiene sus beneficios.
Gwyneth Paltrow y su segundo vestido
El segundo vestido de Gwyneth Paltrow para su boda con el guionista Brad Falckud estaba firmado por Stella McCartney, una diseñadora infalible para el momento second dress.

Gwyneth Paltrow y su primer vestido
El vestido con el que la actriz volvía a dar el "Sí quiero", era este espectacular diseño bordado y con transparencias de Pierpaolo Piccioli para Valentino.

Eugenia de York y el primer vestido
El tradicional y según el protocolo primer vestido de Eugenia era como salido de una película de Disney, escotado hasta donde era permitido, con los hombros cubiertos y de un blanco nuclear. Así fue como cumplió las exigencias de la reina de Inglaterra. Imaginamos que tampoco era el vestido más cómodo para aguantar sentada durante todo el banquete o incluso ir al servicio...

Eugenia de York y su segundo vestido
Gloriosa. Una de las opciones más divertidas a la hora de decantarse por un segundo vestido de novia es cambiar de color. Eugenia hizo una entrada Hollywoodiense en el momento de la fiesta con este diseño de Zac Posen. Entallado y marcando todas sus curvas, la novia presumió así de figura y resaltó el color de su piel. Un vals en ese vestido es... muy rola.

Meghan Markle y su primer vestido
El Givenchy con el que Meghan Markle le dio el "Sí quiero" al príncipe Harry y consiguió que los ingresos de la marca se multiplicaran, pasó por el ojo de la reina de Inglaterra, cubría hombros e incluso antebrazos, no tenía escote y era tan tapdo que hasta le sumaba algún kilito. El velo bordado también era lo más.

Meghan Markle y su segundo vestido
"This is Hollywood". Con la frase con la que terminaba Pretty Woman podría describirse la triunfal salida de los recién estrenados mujer y marido fue absolutamente cinematográfica. El vestido de Stella McCartney con cuello halter y movimiento se pude traducir como un "Meghan ha llegado". La duquesa de Sussex hizo alarde de estilo, elegancia, conocimiento de la moda y las tendencias y cuerpazo. Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir un segundo vestido el día de tu boda.

Chiara Ferragni y su primer vestido
Solo ella y Maria Grazia Chiuri (de Dior) podrían haber creado este vestido que estaba compuesto con un mono de encaje con una falda de tul superpuesta. Aunque Chiara se cambió de vestido hasta en dos ocasiones, su primer vestido de boda cumpliría con otra de las opciones más habituales a la hora de cambiarse de vestido de novia: vestidos por piezas. Llevar una falda superpuesta sobre un vestido más sencillo es una forma de poder cambiarte de una forma rápida. Imagina que Chiara se hubiera quitado la falda de tul y se hubiera paseado por el combite en mono, habría estado cuanto menos super cómoda. En la actualidad puedes encontrar vestidos por piezas en atelliers como el de Alejandra Svarc o Rosa Clará, que te permiten transformar un vestido en un abrir y cerrar de ojos. Quiutarte las mangas, la chaquetilla, la falda... Todo es posible.

Chiara Ferragni y su segundo vestido
El momento de realizar el cambio también es importante. Existen diferentes escenarios en los que es más apropiado hacerlo para no perder tiempo y ahorrar esfuerzos. 1. Tras la ceremonia, entre la llegada al cóctel y las fotos. Ahí fue cuando Chiara Ferragni aprovechó para ponerse su segundo vestido también firmado por Dior. 2. Después del banquete para abrir el baile o justo después del baile de apertura -para lucirllo y luego estar más cómoda-.Y...

Chiara Ferragni y su tercer vestido
3. Justo después de la comida, el baile, la fiesta... Sí, justo cuando los novios se despiden de todo el mundo y se marchan felices a su luna de miel.

Kate Middleton y su primer vestido
Sí, al pobre Kate Middleton que ahora se ha quedado en segundo plano, también tuvo su majestuosa boda y su super vestido de princesa el cual recordaba al de Grace Kelly. Sarah Burton, directora artística de la firma británica Alexander McQueen, fue la encargada de elaborar este vestido de cuerpo y falda bordados, con escote corazón y mangas bordadas.

Kate Middleton y su segundo vestido
Aunque su primer vestido se ceñía a su cuerpo y le permitía moverse con facilidad, Kate también se cmabió. Su elección sin embargo no nos entusiasma demasiado. De nuevo con escote corazón, cinturón de pedrería y chaquetilla... ¿De pelo?... Muy clásico y casi algo digno de prom americano.
