15 cosas que sólo puedes hacer con tu hermano/a

Sois como perro y gato, pero estás convencida de que nadie en este mundo te puede entender mejor. Y con razón.
15 cosas que sólo puedes hacer con tu hermano/a

Es tu sangre, es tu mitad, es parte de tu vida. Tu hermano/a siempre ha estado contigo y seguramente no puedas imaginarte ni un minuto sin él/ella. Independientemente de vuestra experiencia, tienes muy claro que es la persona a la que siempre podrás acudir en caso de necesidad y que sobre todo te conoce mejor que nadie, incluso más que tus propios padres. Habéis recibido la misma educación y cultura, os habéis criado juntos con referencias y esquemas de vida parecidos. Es sin duda alguna una realidad difícilmente reproducible con otra persona, aunque sea tu pareja.

Los primeros años de tu vida conformaron gran parte de tu identidad, y tu hermano/a estaba allí contigo, en estos momentos tan determinantes. Más de una vez habrás pensado en él/ella con un cariño inmensurable en situaciones de lo más vergonzosas (“Si estuviera aquí seguramente se reiría de mí”) o complicadas.

Se suele decir que ningún amigo o amiga lo/la puede sustituir, y puede que te hayas dado cuenta de que es cierto. ¿Tienes un mal día? Aunque entréis lógicamente en conflicto, seguro que os lo perdonaréis casi de inmediato porque precisamente os conocéis. Si te identificas con todas estas frases, no lo dudes, verás reflejada tu relación en este post Te proponemos recordar con mucha picardía todas las cosas que sólo puedes hacer con esta persona tan especial y que desde luego no te atreverías a hacer con ningún amigo/a o chico/a. Con él/ella, no te avergüenzas de nada, todo fluye.

Aun así, puede que no tengáis una relación tan especial. Es quizá la oportunidad para ti de recordar que puede ser un gran apoyo, y que nunca es tarde para intentar solucionar vuestros problemas. Ten en cuenta la declaración que la autora estadounidense Brenna Yvannof hizo a su hermana en la obra titulada The Replacement: “Quería decirle que la quería, y no de la forma complicada en la que amaba a nuestros padres, sino de una manera simple, una manera en la que se quiere algo en lo que no se tiene que pensar. La quería como se quiere a la respiración”.

Reírte con/de tus padres con respeto y cariño

No se lo permites absolutamente a nadie, pero con tu hermano/a si que puede ser de lo más gracioso. Habréis escuchado unas 2.300 veces la historia de su encuentro en una discoteca iluminada con focos de los 80 (o de cualquier década anterior), un outfit dudable y peinados detonantes. Sí, solo los dos conocéis de memoria estas historias y os seguís riendo con cariño cada vez.

Hablar con los ojos

Tenéis tanta confianza e intimidad que seguramente habréis llegado a un nivel de compenetración inigualable. Tu hermano/a anticipa tus lágrimas (aunque solo vea un mínimo brillo en tus pupilas) y sabe cuando te entran ganas de reírte, incluso en las situaciones más serias.

Dar consejos objetivos sobre relaciones amorosas

"¿No me hace caso, qué hago?" Más de una vez habrás pedido consejo a tu hermano/a mayor o habrás dado consejos a tu hermano/a pequeño/a sobre sentimientos y actitudes. Uno de los dos, o incluso los dos, puede presumir de su ojo de lince, y resulta muy útil en situaciones en las que no tienes claro si quieres casarte con tu pareja o empaquetar todas las pertenencias que acumula en tu casa.

Hablar de películas Disney hasta la saciedad

Seguramente las hayáis visto miles de veces juntos, hasta el punto de que conocéis de memoria las canciones y diálogos favoritos del otro. El nivel máximo de compenetración llega cuando habéis acordado quién canta cada estrofa, sin necesidad de consultaros.

Reírse con tan solo una palabra

“Pirámide”. Y estalláis de risa. Vuestros amigos y parejas respectivas os mirarán sorprendidos, pero os enorgullecéis de vuestras propias referencias. Tantos años juntos os unieron descabelladamente.

Contar secretos con total seguridad

Se chupó el dedo hasta los 10 años. Información ultra confidencial, digna de ser guardada en una caja fuerta hasta que se acabe el mundo. Sabe que nunca dirás nada sobre el tema (salvo quizá el día de su boda). La traición es vuestro enemigo común. Sobre todo porque él/ella también tiene informaciones muy comprometedoras sobre ti (si si nos referimos a este peluche que guardas debajo de tu almohada).

Ayudar a conocer las intenciones ocultas de los demás

A veces no somos lúcidos acerca de actitudes y comportamientos de nuestros amigos o personas que nos rodean. Tu hermano/a será la persona quien te ayude a percibir estos matices, y a adoptar la posición adecuada para solucionar las situaciones, sin perder tu identidad.

Recordar con ternura vacaciones (desde tu nacimiento)

Viajasteis más de 20 años juntos, las vacaciones familiares os unieron por lógica. No pasará ni un momento sin que recordéis aquel verano en el que perdiste tres dientes y tu hermano/a se echó su primer novio/a. Parece que el tiempo no ha pasado. Tal y como lo canta Ed Sheeran: “Construimos estos recuerdos para nosotros, un lugar donde nuestros ojos jamás se cierran, nuestros corazones nunca se rompen y los momentos se quedan fijados, congelados para siempre”.

Replantearte seriamente tu comportamiento

Si te lo dice tu amiga, no estás segura de tomártelo bien. Si te lo dice tu media naranja fraternal, puede que te lo replantees seriamente. ¿Me estoy poniendo muy pesada? ¿Me paso de negatividad? Pensemos.

Olvidar el tema del dinero

Cada uno tiene su sueldo, pero no te preocupa tanto el momento de pagar cuando salís juntos. Si, soléis ir a comer con total tranquilidad, aun vivís con la sensación de que tenéis un bote familiar común.

Comer chocolate y turrón como si no hubiera mañana

Vale, eso sí que puedes hacerlo con otra persona, pero con tu hermano/a el sentimiento de culpa parece dividirse por dos. Lo tenéis claro, aquí no ha pasado nada.

Orquestar planes para no dejarlo/a en evidencia

No sois mucho de mentir, pero si es necesario y os véis en una situación muy comprometida, no dudáis en probar suerte. Lo importante es protegeros mutuamente. No vale todo, pero si podéis evitaros sufrimiento de forma mutua, no lo dudáis.

Ver una comedia vergonzosa con la esperanza de que nadie se entere

Es domingo, llueve y has decidido que hoy no era un día para quedar con alguien (aparte de que no te apetece vestirte decentemente). Sabes que es el momento idóneo para ir a ver esta película que pretendiste no querer ver delante de tus amigos. Tu hermano/a pensaba justo lo mismo que tú.

Quejarte por esperar

No es algo nuevo, ya estás acostumbrada a esperar a que salga del baño. Y parece que nunca habéis acordado de forma clara quién entra primero. Al igual que quedar a una hora precisa. No hay manera de poneros de acuerdo y os da igual quejaros. Hay demasiada confianza.

Amar sin condiciones

Apenas hace falta precisarlo, os une un amor incondicional. Único e intransferible.

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