Diez años son los que han pasado desde la desaparición del diseñador británico Alexander McQueen. Prodigio de la moda, siempre tuvo claro que no se dedicaría a otro arte. Lee, de su verdadero nombre, aprendió las bases de su trabajo de la mano del exclusivo sastre británico Anderson & Sheppard (contratado por el mismísimo príncipe Carlos). Tras su enseñanza en Savile Row y bajo el tutelaje de Koji Tatsuno y Romeo Gigli, fue en la prestigiosa Central Saint Martins de Londres que acabó de formarse el diseñador.
La carrera de Alexander McQueen dio un salto en 1996. Se convirtió en el director creativo de Givenchy, sucediendo a John Galliano, fichado por Dior. Aquel año consiguió el premio de "Mejor diseñador británico". Su trabajo de doctorado fue descubierto por un cazatalentos quien le daría el impulso definitivo, la periodista y estilista Isabella Blow. Creó su propia firma en Londres en 2001. Considerado durante años el "hooligan" de la moda, Alexander McQueen alimentó numerosas polémicas. Pese al fracaso de su primera colección y las duras críticas a respetados diseñadores de aquella época, como Vivienne Westwood, su ascenso fue imparable. Fue el primer diseñador en recibir un Prix Marie Claire como mejor diseñador y como mejor desfile en el año 2003.
Extravagante, atrevido y fuerte, sus colecciones causaban sensación por sus diferentes influencias. McQueen daba el salto de un estilo rockero a romántico, pasando por el tribal o el barroco... reinventando los códigos preestablecidos. Así fue como sus zapatos con forma de cangrejo o sus "Bumsters", pantalones de talle bajo que dejaban ver las nalgas, pasaron a la historia. Diversificó rápidamente sus actividades, creando una línea masculina y colaborando con firmas con Boucheron a principios de los años 2000. Su ascenso fulgurante tuvo sin embargo un dramático final. El diseñador se suicidó en su casa londinense en 2010, dejando un legado que a día de hoy, sigue inspirando en cada punto del globo. Kate Middleton es una de las famosas en apostar habitualmente por los diseños de la casa. Alexander McQueen, en manos de Sarah Burton, firmó de hecho su vestido de novia.
Con motivo de la conmemoración de una década de su fallecimiento, recordamos 10 diseños emblemáticos de un genio que marcó con sello propio la historia de la moda.
De transparencias
Fue uno de los precursores de la estética futurista con diseños tan impresionantes como este, presentado en el marco de su colección otoño/invierno 1999/2000.

El calzado emblemático
En la Semana de la Moda de París, sorprendió con este calzado para la temporada primavera-verano 2010 que tanto adoró Lady Gaga.

Siempre atrevido
Ha muerto antes de exhibir sus nuevas colecciones en Londres. Recordamos su impactante colección primavera/verano 2002 en la London Fashion Week donde era considerado un hooligan de la moda.

A todo color
Uno de sus diseños de 2007. Alexander McQueen cambiaba de registro sin complejos.

Excentricidad chic
Sus desfiles eran espectaculares y siempre se despedía del público de una manera única. Llegó incluso a bajarse los pantalones en la pasarela. Aquí con un modelo de su colección otoño/invierno 2012.

Inesperado
En el año 2003, consiguió dos Prix de la Moda Marie Claire: como mejor diseñador y como mejores desfiles. Recordamos otro de sus colecciones más impactantes: otoño/invierno 2009/2010, con el rojo, el negro y el blanco como hilos conductores.

En masculino
En la última semana de la moda de Milán decidió tapar a los hombres de la cabeza a los pies. ¿Sabías que en el forro de las chaquetas que confeccionaba a Carlos de Inglaterra metía mensajes irrelevantes?

Influencias diversas
El diseñador nos deleitó hasta el final con una estética extravagante y fuerte, como este diseño con capa rojo presentado en 2008.

Un show
Cada uno de sus desfiles se convertían en un espectáculo como en 2006, con la actuación de una orquesta en directo.

Mix and match
Formas geométricos, colores imponentes... así recordamos uno de sus últimos desfiles en Londres.
