Jordi Cruz y Rebecca Lima han protagonizado la boda más esperada del fin de semana. El maestro de cocina y la arquitecta se dieron ayer el "sí, quiero" en una ceremonia que reunió a rostros tan conocidos como el de Boris Izaguirre, Mario Vaquerizo, Álvaro Muñoz Escassi u Ona Carbonell y su marido, Pablo Ibáñez. Como no podía ser de otro modo, el hijo de la pareja, Noah (que apenas tiene 1 año), también fue cómplice de este enlace que se celebró en Blanes, Costa Brava.
La elección de look de invitada de la compañera de formato televisivo de Cruz, Samantha Vallejo-Nágera, ha sido una de las más comentadas por parte de las expertas en moda. Mientras esperamos la exclusiva con el vestido de Lima, nos complace confirmar que Samantha supo cómo defender un color tan llamativo como el fucsia de forma sencillamente magistral.
La chef, presentadora de televisión y empresaria forma parte del jurado de 'MasterChef' desde 2013, así que es uno de los rostros más populares el país. Con el fin de dejar a todos sin palabras, la madrileña se decantó por un modelo que entra dentro de la categoría "vestidos perfectos para final de verano". Ahora que lucimos un favorecedor bronceado, es el mejor momento para decantarnos por tonos vibrantes, saturados y con mucha personalidad, como el fucsia.
Samantha Vallejo-Nágera escogió un vestido que jugaba con las transparencias. De fondo, un forro corto de tirantes que cubría el busto, la zona del abdomen y el inicio de las piernas. Encima, una segunda parte superpuesta confeccionada con un tejido semitransparente con textura ligeramente rugosa, cuello halter, manga corta, espalda abierta y un volante en el bajo. Sin lugar a dudas, un vestido que llama la atención y que rejuvenece al instante.
Como complementos, unos stilettos de tacón alto y tejido satinado teñidos también de fucsia. En este caso, un tono más oscuro con el que crear un total look monocromático de alto impacto. Ante un estilismo tan impactante, nada mejor que optar por un peinado sencillo, un moño a media altura efecto mojado, y un maquillaje natural. Samantha deja claro, de nuevo, que experimentar con el color es sinónimo de éxito. Sobre todo, en ocasiones tan especiales como una boda de verano.
