Prometen ser la revolución farmacológica para perder peso sin pasar hambre, pero no son para todos. La nueva generación de medicamentos —entre ellos Wegovy, Ozempic y Mounjaro— no son una solución estética, sino una herramienta médica con indicaciones muy concretas y la necesidad de un seguimiento a largo plazo.
Estos tratamientos pertenecen a la familia de las incretinas, hormonas intestinales que regulan la insulina, el apetito y la saciedad. La semaglutida, presente en Wegovy y Ozempic, actúa sobre el receptor GLP-1; la tirzepatida, principio activo de Mounjaro, es dual y activa también el receptor GIP.
Aunque se han popularizado entre el gran público como la panacea para adelgazar, los expertos recuerdan que su uso está diseñado solo para la diabetes tipo 2 y la obesidad.
¿Para quién están indicados estos medicamentos para adelgazar?
Según la ficha técnica, Wegovy, Ozempic y Mounjaro están indicados para personas con obesidad (IMC mayor de 30) o sobrepeso con comorbilidades como apnea del sueño, problemas cardiovasculares o artrosis.
“La tirzepatida (Mounjaro) ha mostrado mejoras en apnea del sueño, y la semaglutida (Wegovy y Ozempic) reducción de eventos cardiovasculares y del dolor por artrosis”, explica el doctor Esteban Jódar, jefe de Endocrinología en Quirónsalud.
La doctora Inka Miñambres, de la SEEN, recuerda: “El uso en población sana que busca perder ‘cinco kilos de más’ sin tener enfermedades asociadas está claramente desaconsejado. No mejora la salud y conlleva riesgos. Podemos inducir trastornos de conducta alimentaria”.
Efectos secundarios y uso a largo plazo
Aunque eficaces, estos medicamentos para la obesidad no son inocuos. Entre un 30-40 % de los pacientes experimenta efectos adversos gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento), sobre todo al inicio del tratamiento.
“Todos estos fármacos deben utilizarse a largo plazo: la obesidad es crónica. Si se dejan, vuelve el hambre y se recupera el peso”, añade la doctora Miñambres.
Además, se han observado reacciones cutáneas en el lugar de la inyección con tirzepatida y mayor incidencia de efectos digestivos con semaglutida.
El riesgo del uso indebido
En consulta, muchos pacientes sin obesidad ni sobrepeso acuden a pedir inyecciones de Wegovy, Ozempic o Mounjaro. “Aproximadamente un tercio no tiene indicación médica. Son fármacos seguros, pero eso no significa que sean aptos para todo el mundo”, alerta la doctora Macarena Alpañés, endocrinóloga en el Hospital Puerta de Hierro.
El doctor Jódar es contundente: “La utilización en personas con obesidad o con sobrepeso con complicaciones es una indicación aprobada. Más allá de esta población, no tenemos datos que demuestren seguridad ni eficacia”.
Luchar contra el estigma de la obesidad
Los especialistas subrayan la importancia de cambiar el discurso: no se trata de “personas obesas”, sino de personas que viven con obesidad.
La profesora Ximena Ramos Salas, de la Universidad de Alberta, lo resume así: “La obesidad es una enfermedad crónica y compleja, no un fracaso personal”.
La doctora Miñambres añade: “Debemos evitar expresiones estigmatizantes y mostrar imágenes que no refuercen prejuicios. La obesidad tiene causas biológicas claras y no debe verse como responsabilidad exclusiva del paciente”.
No solo cuestión de peso: la obesidad como enfermedad crónica
En España, la obesidad afecta al 23,8 % de la población adulta y, si se incluye el sobrepeso, al 61,6 %. Su coste sanitario directo supera los 2.000 millones de euros anuales.
Desde 2013, la obesidad está reconocida oficialmente como una enfermedad crónica y multifactorial. Tiene raíces genéticas, epigenéticas, ambientales, psicológicas y sociales. Además, abre la puerta a más de 230 complicaciones crónicas, desde diabetes tipo 2 hasta distintos tipos de cáncer.
“El tratamiento de la obesidad va mucho más allá de contar calorías”, explica la doctora Andreea Ciudin, del Hospital Vall d’Hebron. “Los cambios de estilo de vida y el apoyo multidisciplinar son parte del tratamiento”.
Un abordaje integral y multidisciplinar
Los avances farmacológicos permiten personalizar el tratamiento, pero los expertos insisten en que no basta con la medicación: el apoyo emocional, la nutrición equilibrada y la actividad física siguen siendo pilares esenciales.
“Un médico que banaliza la obesidad puede no prescribirlos, mientras otro los da con ligereza. Y aún hay pacientes que no acceden a ellos por su precio: entre 200 y 450 euros al mes”, advierten los especialistas.
El doctor Jódar lo resume: “El tratamiento de la obesidad debe abordarse con un equipo multidisciplinar: endocrinólogos, nutricionistas, psicólogos y, en algunos casos, cirujanos”.
Un estilo de vida saludable, siempre
Aunque Wegovy, Ozempic y Mounjaro han supuesto un gran avance en la lucha contra la obesidad, los especialistas recuerdan que la medicación no sustituye a los hábitos de vida saludables.
“Una dieta equilibrada y una correcta actividad física son esenciales para que estos fármacos funcionen. No es un ‘me lo tomo y me olvido’. Si no se acompaña de un estilo de vida saludable, está abocado al fracaso”, concluye la doctora Miñambres.
La doctora Alpañés coincide: “La solución a la obesidad exige medidas de educación en nutrición, acceso a alimentos saludables y prescripción de ejercicio físico financiado. Solo si esto falla debería recurrirse a los fármacos”.