La actriz Macarena García (Madrid, 1988), que se dio a conocer en Amar en tiempos revueltos, es hoy uno de los rostros más célebres del cine español. El pasado octubre estrenó La Mesías, una serie que protagoniza y que han producido Los Javis sobre el fanatismo religioso y la perversión de la fe.
La Mesías está inspirada en la historia real del grupo musical Flos Mariae. Conversamos con ella sobre sus papeles más importantes, su pasión por la moda y su estrecha relación con Dior, firma que la ha acompañado desde sus inicios.

Blancanieves, La Mesías, La llamada, Paraíso... Son papeles muy diferentes. ¿Quién es realmente Macarena García?
Una chica muy normal en continua búsqueda y crecimiento, apasionada de su profesión y que disfruta mucho de las cosas más sencillas de la vida.
¿Cómo describirías tu papel en La Mesías?
Irene es una mujer que se ha construido a base de tapar, callar y ocultar su pasado y quién es ella realmente. Lo único que ha podido hacer para sobrevivir a su trauma es hacer como si no hubiera existido.
Su carácter está marcado por eso, por una reacción a su pasado. Es una mujer bastante compleja, muy introspectiva, con dificultades sociales y una desconexión muy fuerte con sus emociones. Su viaje en esta serie es justo ese, el de mirarlas de frente y enfrentarse a ellas porque ya no le queda más remedio.

¿Crees, como muestra la serie, que la infancia marca nuestro futuro?
Sí. Creo que lo que vivimos en la infancia nos marca para siempre. Esto está contado de una manera muy bonita en la serie y es vital encargarse de la importancia que tienen las infancias y la protección de estas.
En este caso en concreto son infancias marcadas por experiencias extremas que se alejan de las infancias más comunes. Aunque todos podemos empatizar con partes de lo que muestra la serie.

¿Cuál ha sido el papel que más te ha marcado?
Este, porque se me metió muy dentro. Era un papel muy complejo y diferente a todo lo que yo he hecho. Me dio mucho vértigo, me ilusioné como hacía tiempo que no me ilusionaba, sentía que tenía entre las manos algo muy grande y de mucha belleza. Es un personaje que trabajé mucho, estuve muy conectada a él, y me enamoré completamente de Irene.
¿Recuerdas aquella alfombra roja de Blancanieves?
Sí, recuerdo varias, como la alfombra roja de San Sebastián. Por aquel entonces no conocía la figura del estilista y me lo gestionaba todo yo sola. Me fui con mi madre de compras y compramos un vestido blanco de volantes en una tienda de novias.
Después, para los Goya, me puse un vestido rojo de Dior precioso al que le hicimos un cinturón improvisado con el bajo para marcar la cintura. Si tuviera que elegir el vestido que es parte esencial de mi carrera sería ese.

Dior es una marca que te acompaña desde el principio. ¿Qué relación tienes con la Maison?
Siempre me he sentido muy cómoda vistiendo de Dior. Siento que tiene mucho que ver con mi estilo. Hay algo de las caídas, de los estampados, de esa parte romántica que tiene que encajar muy bien en mí.
En muchas galas me he vestido de la firma, y nunca me he sentido disfrazada. Siempre me siento cómoda y elegante, pero también natural y sencilla. Me siento muy afortunada de poder vestir de ellos.

Cada vez hay más mujeres directoras y guionistas, ¿notas un cambio en los papeles que te llegan?
Noto que todavía queda mucho por hacer, pero sí que hay un gran cambio en la escritura de los personajes. Hay más historias contadas a través de la mirada de mujeres que nos representan y con las que nos sentimos identificadas.
Veo un montón de papeles con mujeres que son dueñas de su camino, con conflictos propios. Lo que pasa es que los datos y los porcentajes siguen hablando de que hay una gran diferencia todavía. Hay que seguir empujando y abriendo camino.