Qué lejos queda ya aquel Mundial de 2010 en el que, no solo descubrimos la relación de Sara Carbonero e Iker Casillas, también conocimos el lado más trabajador, humilde y carismático de la periodista deportiva.
Sara cumple hoy 40 años reconvertida en una mujer fuerte, valiente y luchadora que se ha encontrado a sí misma y que no tiene miedo a nada.
Sara es presentadora, locutora, modelo y empresaria. Pero también es una superviviente y una madre ejemplar. Junto a Martín y Lucas, sus dos pilares, ha sabido sobreponerse a la adversidad y disfrutar de cada pequeño y bonito detalle que le ofrece el simple hecho de estar viva.
Puedes verla riendo sin parar con sus amigos o leyéndole un cuento con suma delicadeza a sus vástagos. Puedes verla luchando por los derechos de los niños mano a mano con UNICEF, escuchando Rock & Roll a todo volumen en su salón o escribiendo en el más absoluto silencio de su habitación.
Sara se enfrentó a un cáncer de ovario, una trágica separación y un bajón anímico. Y salió adelante, salió porque, como ella misma dijo una vez «Me quedan muchos sueños por cumplir, muchos conciertos por ver y muchos libros que leer».
40 años, toda una vida
Sara tiene 40 años. Sí. Pero también tiene una perra que se cree modelo, una gata muy gata y otra en el cielo de los gatos. Sara tiene muchos libros que siempre deja a medias y una playlist en Spotify que le ayuda a recordar su infancia y adolescencia. Tiene sabiduría, justicia, fortaleza y templanza. Y tiene cerquita dos pares de ojitos que le miran siempre bonito.
Sara tiene suerte. Tiene amigos que siempre han estado ahí y otros que llegan para quedarse. Tiene a Isabel Jiménez, su cómplice, su amiga, su hermana de otra madre. La mujer que le ha dedicado por su cumpleaños una dedicatoria, que ojalá todas así...
«Puede que hayas nacido en la cara buena del mundo... Tú eres mi cara buena del mundo. Mi amiga, mi hermana. Trust the future, dijimos una vez. Y nos trajo hasta aquí. De esto va la vida, ¿no? Felices 40. Que se prepare el mundo... y que nos espere la luna. Te quiero».
Sara también tiene una empresa. Un sueño cumplido y un futuro brillante. Slowlove, la marca de ropa que creó junto a su inseparable Isabel Jiménez y que no ha parado de crecer desde que la adquiriera el grupo Tendam.
Sara tiene 3 millones y medio de seguidores en Instagram que le desean feliz cumpleaños sin conocerla de nada y conociéndola tanto a la vez. Sara tiene una forma de vestir que cautiva y engancha, que enamora y eclipsa. Tiene una melena inconfundible y dos oceános en la cara.
Sara ha trabajado en La Sexta, en Telecinco, en Cuatro, en Radio Marca en Cadena Ser... pero sobre todo ha trabajado en ella misma, en quererse por encima de todo, en aceptarse, en cuidarse. En definitiva, en entender que a este mundo hay que venir con ganas de todo, aunque todo tu mundo se esté derrumbando.
¿Y si se derrumba? Sara tira de afecto, que siempre es revolucionario como el amor o la justicia y simplemente, sigue adelante. Porque de eso precisamente va cumplir años, de seguir...
Lo bonito es el camino
¡No la meta! Diría Sara, que, con los años, ha aprendido a relativizar los problemas, a sentirse segura de sí misma. Puede que no, que no grite a bombo y platillo lo que come cada día, las veces que va al gimnasio a la semana o los viajes en coche que hace para llevar a sus hijos a las clases extraescolares. Sara es tímida y hermética en cierto modo, pero lo sabe y se acepta. Y eso le hace crecer a la velocidad de la luz como ser humano.
Sara tiene una Antena de Oro, un ahijado llamado Hugo y un mantra: No matter what (no importa qué). Y tiene razón, porque no es el qué ni el cómo ni el dónde, es siempre el con quién. Y de eso Sara, ¡va sobrada!
Sara sigue siendo joven, pero un día fue más joven y se sintió insegura, perdida y cansada. Hoy, como mujer empoderada y libre, admira a sus compañeras más jóvenes de profesión, tan seguras y capaces a sus veintipocos años: «Me hubiera encantado ser así, pero no tenía las herramientas. Qué bien que ahora esto no pase».
El "ahora" y nada más
Hace un año, durante una entrevista, Sara afirmó que«hay un momento en la vida, ya sea por una enfermedad, una depresión, un problema laboral o sentimental, que te das cuenta de que esto son dos días». Y hoy, con 40 años de historia detrás, sigue exprimiendo la vida como si fuese un sueño, sabiendo que algún día no estará, pero bailando todos los días que pueda quedarse.
Por eso Sara jamás podrá ser solo una cara bonita, la ex de Iker Casillas, aquella muchacha de Toledo que se dio un beso con un portero en el Mundial. Sara Carbonero es historia de España, por sí misma y sin miramientos. La hija de Goyi y Carlos, la mamá de Martín y Lucas.
La chica que un día, como tantas otras, llegó a la redacción de Marca como becaria sin saber que en el libro del destino del mundo deportivo, ella iba en portada.
Llegó a ser subdirectora en la sección de deportes de Telecinco, fue elegida por la edición norteamericana de la revista FHM como la reportera deportiva más sexy del mundo...
Y sí, se enamoró de uno de los porteros más famosos del planeta. Pero que no os engañen, antes de Iker, Sara ya era Sara y después, simplemente, dolió, curó y avanzó. Si fue capaz de dejarlo todo por amor, mudarse a Oporto y empezar de cero... ¿Cómo no iba a volver a empezar después de un desengaño amoroso?
Tras 11 años de relación y dos hijos en común, Sara descubrió que de amor nadie se muere y que si tenemos que morir, que sea solo después de habernos amado locamente... A nosotras mismas.