Mayo no ha sido precisamente el mejor mes de Miguel Herrán. Aunque en el terreno personal disfruta de uno de los momentos más bonitos de su vida gracias a la llegada de su primera hija junto a Celia -la hermana de la María Pedraza-, el actor también se ha enfrentado a unas semanas muy complicadas tras sufrir un accidente de moto.
"Un repaso de estas dos ultimas semanas. Tuve un accidente con la moto, yo solo, no iba rápido y todo salió bien. Me han operado del hombro derecho y tendré que estar un tiempo sin moverme mucho. ¡Pero estoy bien! Gracias a Alpinestars por que gracias a vuestras protecciones solo he tenido una luxación en la clavícula. Y sobre todo quiero agradecer a la clínica Cemtro por tan maravillosa operación y por dejarme cada hueso en su sitio", escribió Herrán en su cuenta de Instagram junto a una fotografía con collarín y desde el hospital.
Tranquilo y con fuerzas, Miguel tranquilizó a todos sus fans asegurando que estaba bien y que afortunadamente, todo había quedado en un susto. Además, el protagonista de Hasta el cielo confesó que su mayor deseo tras estos días inmovilizado era recuperar su rutina con el deporte: "Después de dos semanas inmóvil y otras dos haciendo pierna... Tengo más ganas que nunca de volver a entrenar... Ya queda menos".
Es curioso como, a pesar de llevar casi un mes sin pisar el gimnasio, Herrán sigue luciendo unos abdominales que ni los del mismísimo Can Yaman. La publicación, que acumula casi 300.000 'me gusta' en Instagram, se ha inundado de mensajes de seguidores de todo el mundo que le desean al actor una pronta recuperación. "Qué cabr**, si estás de put* madre", le decía el también actor y guionista Roberto García. "Verás como pronto estás en forma otra vez" o "sigues igual de guapo y sexy" son algunos de los comentarios que le han dejado sus seguidoras más fieles.
La fotografía de Herrán tampoco ha estado exenta de polémica, pues muchos han criticado que el actor luzca sin pudor su pelo en el pecho, pidiéndole que se depile e incluso comentando con el típico emoticono vomitando o publicando imágenes de una cuchilla de afeitar. "Amo os pelos, no te los quites jamás" o "empiezo a pensar que amamos su parte peluda", han escrito sus defensores, exigiendo que le dejen hacer con su cuerpo lo que le de la gana.
