Á
ngel Cristo se ha convertido, sin duda, en el personaje del corazón de la temporada por sus incendiarias declaraciones sobre su entorno familiar y su participación en la presente edición de Supervivientes, de la que fue expulsado disciplinariamente por infringir las normas al saltarse el perímetro de seguridad.
En cada aparición, Ángel demuestra su fuerte carácter y personalidad -o como muchos sugieren, solo muestra que es un niño herido pidiendo a gritos socorro-, como cuando confesó la supuesta agresión por parte de Arantxa del Sol. No satisfecho con lo dicho hasta ahora sobre Bárbara Rey, ayer se sentó en el plató de De Viernes para echar más leña al fuego y dejar clara su opinión: Bárbara ha sido una mala madre para él.
El hijo del domador cree que su madre está estirando el chicle a costa de él y solo quiere que los deje en paz. Además, afirma no extrañar ni a ella ni a su hermana Sofía Cristo: "En ningún momento me he acordado de mi madre ni de mi hermana en Supervivientes, tan solo de Ana y mis hijas y mis gatitas."
También aseguró que su madre le obligaba a darle besos en la boca: "Mi madre nos ha obligado a darle besos en la boca y eso se prolongó hasta mi madurez. Públicamente, si lo intentaba y yo lo esquivaba, después teníamos una discusión en casa."
Durante toda la entrevista, Ángel continuó reforzando la imagen de Bárbara como "mala madre", llegando incluso a afirmar que no les proporcionaba comida: "No sería la primera vez que a mi hermana le cocina todos los días y a mí me ha dicho que me busque la vida", añadiendo: "En Supervivientes muchas veces he comido más de lo que he comido en mi casa. He estado días sin comer", aseguró.

No obstante, algo que en ningún momento ha negado son los malos tratos que su madre recibió por parte de su padre: "No puedo negar la realidad, la evidencia está clara. Yo de mi padre he dicho, por ejemplo, que disparó a mi madre y que de milagro no le dio en la pierna. Yo vi cómo el tiro se quedó clavado en una cómoda."
Más tarde, añadió que Rey siempre ha hecho todo de cara a la galería y nunca de corazón o porque realmente le naciera hacerlo: "Mi madre ha intentado cuidar a mi padre de cara a la galería, ella iba al hospital para que la prensa la viera. Ella siempre ha ido de mártir y esa es la realidad", dijo contundentemente.
Estamos convencidos de que esta guerra tan familiar como mediática está lejos de terminar, ya que tanto Rey como Cristo son personas con un fuerte temperamento, lo que les dificultará mantenerse al margen de cualquier polémica.