En la temporada estival, encontrar un estilo que conjugue frescura, elegancia y practicidad puede parecer un reto. Sin embargo, Ana Boyer, fiel a su estética refinada y siempre alineada con las tendencias, vuelve a demostrar que es posible vestir con sofisticación sin renunciar a la comodidad. En una de sus últimas apariciones, la hija de Isabel Preysler ha apostado por un vestido largo de estampado floral, combinado de forma magistral con sandalias planas, una elección que transforma el look veraniego en una lección de estilo moderno y relajado. Con esta propuesta, Ana nos recuerda que lo chic no está reñido con lo funcional, y que los pequeños gestos —como la elección del calzado o el equilibrio en los accesorios— pueden redefinir por completo un estilismo. Una inspiración perfecta para los días de calor, eventos al aire libre y celebraciones estivales.
El vestido: una pieza clave que equilibra lo romántico y lo contemporáneo
El look de Ana Boyer se construye en torno a un vestido largo con estampado floral que consigue el difícil equilibrio entre lo romántico y lo actual. Con una silueta fluida, tejido ligero y caída natural, el vestido aporta movimiento y frescura, dos cualidades imprescindibles en los días de calor. Además, el corte holgado, sin perder la estructura, le da al conjunto un aire sofisticado sin sacrificar comodidad. Este tipo de vestido se ha convertido en el comodín perfecto para la temporada: versátil, favorecedor y adaptable a múltiples escenarios, desde una comida con amigas hasta una boda en la playa.

El estampado, lejos de ser excesivo, está cuidadosamente equilibrado. No recarga, sino que acompaña y realza la naturalidad del look. Ana opta por colores suaves, lo que refuerza esa estética elegante que no necesita estridencias para destacar. Esta elección de prenda pone en valor una de las máximas del estilo veraniego 2025: la sofisticación silenciosa, que no grita, pero sí deja huella.
Sandalias planas: el giro estilístico que define la nueva elegancia
Uno de los grandes aciertos del look está en el calzado. En lugar de los tradicionales tacones que suelen acompañar a este tipo de vestidos, Ana Boyer escoge sandalias planas, una opción que redefine lo que entendemos por elegancia. Las suyas son minimalistas, de tiras finas, y logran el equilibrio perfecto entre lo funcional y lo estiloso. Esta decisión no solo aporta un aire más relajado al conjunto, sino que también lo hace más real y alcanzable para cualquier mujer.

El uso de calzado plano en contextos formales o semi formales está ganando terreno entre las insiders de moda. Las pasarelas de firmas como Valentino, The Row o Chloé han mostrado en sus colecciones resort 2025 cómo las sandalias planas pueden ser las mejores aliadas de vestidos largos y prendas fluidas. Ana interpreta esta tendencia con su estilo personal, priorizando la comodidad sin dejar de verse impecable.
Cómo replicar el look de Ana: claves para un estilismo veraniego impecable
Conseguir un outfit inspirado en Ana Boyer no requiere una inversión desmesurada ni un vestidor de celebrity. Lo primero es encontrar un vestido con estampado que favorezca la silueta y tenga buena caída. Lo ideal es que no sea demasiado ceñido, pero sí con una estructura que defina la figura sutilmente. Los colores neutros o pastel funcionan muy bien para este tipo de looks, y los estampados florales siguen siendo un acierto infalible.

En cuanto al calzado, unas sandalias planas de buena calidad —de tiras finas, con acabados en piel o rafia— son la clave. Pueden ser doradas, nude o incluso con algún detalle minimal que aporte personalidad. Para completar el look, lo ideal es elegir un bolso pequeño, como un clutch tejido o uno de rafia con detalles metálicos. Las joyas deben ser discretas: pendientes pequeños, una pulsera fina o un anillo dorado bastan. Y si se trata de una cita al aire libre, unas gafas de sol de diseño clásico y un sombrero de ala ancha pueden coronar el conjunto con mucho estilo.
El estilo relajado de Ana Boyer: una guía para vestir con autenticidad
Lo que convierte a Ana Boyer en una referente de estilo no es solo su acceso a la moda, sino la coherencia con la que construye sus looks. Siempre fiel a una estética elegante, sencilla y con toques actuales, Ana no busca impresionar con extravagancia, sino con equilibrio y autenticidad. Su estilo es una oda a la naturalidad bien cuidada, al buen gusto sin artificios, y eso lo refleja también en su forma de entender el verano: prendas ligeras, colores suaves, calzado cómodo y siluetas que permiten movimiento y libertad.
Este enfoque es cada vez más valorado por una generación que prioriza el bienestar sin renunciar al estilo. Ya no se trata de seguir tendencias al pie de la letra, sino de encontrar aquellas que encajan con nuestra personalidad y ritmo de vida. Ana lo consigue al reinterpretar las reglas clásicas del dress code veraniego con inteligencia y sensibilidad.