En mayor o en menor medida, todas hemos podido sufrir las consecuencias de entrar en una peluquería con el objetivo de conseguir un corte determinado, y salir de ella nada convencidas con el resultado. Sin embargo, estas incómodas consecuencias se reducen a un estilismo que no ha cumplido con nuestras expectativas, pero cuya realización no ha alterado el aspecto saludable de nuestro pelo.
Por el contrario, cuando hablamos de un corte de pelo químico nos estamos refiriendo a una situación muy distinta. El corte químico es lo que ocurre cuando los enlaces de la fibra capilar están tan débiles - debido a su exposición a tintes, alisados, permanentes y sustancias agresivas que forman parte de su realización - que parte del cabello se desprende, literalmente, modificándose no solo su longitud, sino también su textura y su grosor, por no hablar de unas puntas totalmente desiguales y extremadamente secas.
Sin embargo, aunque parezca que nos encontramos ante una verdadera tragedia capilar provocada por ciertos cambios de look poco respetuosos con la salud de nuestra melena, lo cierto es que existen remedios para fomentar su crecimiento, fortalecer la fibra capilar y reducir su rotura todo lo posible.
Si te estás enfrentando a las consecuencias de un corte de pelo químico, lo más probable es que lo hayas sometido recientemente a un cambio de look extremo - como un tinte radical o un alisado permanente si su naturaleza es rizado - o, que este sea el resultado de haberlo sometido a diversos procesos químicos continuados y el cabello, simplemente, se haya rendido.
Por tanto, lo primero que debemos hacer cuando detectamos este tipo de daños es parar. Dejar de aplicar sobre el cabello cualquier proceso que implique productos agresivos para una fibra capilar que ya está muy debilitada, y empezar a tomar medidas para su recuperación.
Una vez que se ha sufrido un corte químico, las soluciones para recuperarlo son reducidas, por no decir que se limitan a solamente una. Como te estarás imaginando, la opción más recomendable es cortar por lo sano y concentrarnos en mantener la salud del cabello que haya salido indemne de la acción química. Por suerte, existen cortes de pelo que son plena tendencia y también capaces de disimular estos daños. A saber: un corte shag como el que puso de moda Meg Ryan en los 90, un mullet como el de Billie Eilish o los cortes de pelo a capas. Otra buena opción es un corte bob muy corto con el que, evidentemente, se perderá longitud, pero con el que también se dará una oportunidad a la melena de crecer sana y fuerte.
El proceso de curación de la melena comienza tras el corte de la zona afectada. A continuación, lo mejor es iniciar una rutina de cuidado capilar que incluya champú, acondicionador y mascarilla, adecuada a cada tipo de pelo. Aunque nos hayamos desecho de la fibra capilar dañada, lo más probable es que el resto del cabello continúe estando frágil. Por tanto, se debe tener cuidado y control con el empleo de herramientas de calor y peinados muy tirantes.
Después de haber sufrido un corte químico, se recomienda evitar cualquier tratamiento capilar radical como tintes o alisados durante el mayor tiempo posible. Si, eventualmente, se vuelve a aplicar cualquiera de estas rutinas, lo mejor es dejar pasar el tiempo suficiente y necesario entre tratamientos. También es recomendable realizar un análisis de la salud del cabello de vez en cuando para poder tomar decisiones informadas y planificar próximas citas y tratamientos respetando su estado.
