Los beneficios del skin icing, la técnica de cuidado de la piel, no están científicamente demostrados y, de hecho, tiene desventajas como la irritación de la piel. Existe un efecto momentáneo, pero no a medio plazo. Hablamos con dos dermatólogas del tema.
El skin icing se basa en utilizar frío para el cuidado de la piel. "Se hace directamente sobre ella con cubitos de hielo o mediante dispositivos, generalmente de silicona, que los albergan", aclara la doctora en dermatología y miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Lucía Gámez.

Los beneficios de esta técnica no han sido demostrados científicamente, como explica la dermatóloga, también perteneciente a la GEDET, Sara Carrasco, y en lo que coincide con Gámez. "Las modelos e influencers declaran que el frío es antiinflamatorio, que cierra los poros y tersa la piel. No obstante, no se ha demostrado. Existe un efecto momentáneo de disminución de rojez y de tamaño de poros, pero no hay efecto a medio plazo", incide Carrasco.
Si esta técnica no tiene beneficios aparentes, ¿por qué se práctica? De acuerdo a lo que comenta la doctora Carrasco, sus defensores esgrimen que la intención es hacer lo mismo que cuando se aplica, supuestamente, frío tras un peeling, un tratamiento con láser o luz pulsada. Sin embargo, nos aclara que si usamos una mascarilla que contenga alto contenido en agua a temperatura ambiente es percibida en ese momento por el paciente como mascarilla fría por las condiciones de su piel.
Vale, ventajas no tiene y queda claro el porqué del efecto placebo, ¿hay algún inconveniente? Porque además hemos visto influencers practicando el skin icing con leche de coco congelada. La doctora Sara Carrasco comenta que puede ser más perjudicial que beneficioso, ya que nuestra piel no es una articulación inflamada por un golpe y tratarla como tal sólo va a proporcionar mayor irritación en nuestro rostro, algo en lo que vuelve a coincidir con su compañera del GEDET, Lucía Gámez, que añade además el hecho de que pueden llegar a producirse quemaduras locales.