En los años 80, el bronceado representaba el sol, el espacio, la libertad, la sensualidad... Se consideraba un signo de salud, belleza y estatus social. Las personas bronceadas parecían estar más en forma y llenas de energía, lo cual se alineaba con la creciente cultura del fitness y el bienestar físico de esa década. Hubo una proliferación de productos diseñados para broncear la piel, desde autobronceadores hasta camas de bronceado. Esto facilitó que más personas lograran y mantuvieran un bronceado durante todo el año.
La introducción de los míticos polvos bronceadores Terracotta de Guerlain en 1984 está directamente relacionada con esta tendencia y la percepción positiva del bronceado en los años 80. Marcaron un hito en la industria de la belleza al convertirse en el primer bronceador en polvo diseñado para replicar el efecto de un bronceado natural. Fueron innovadores debido a su fórmula ligera y su capacidad para imitar un acabado nada artificial. A diferencia de otros productos de la época, estos polvos no dejaban un acabado anaranjado ni desigual, sino que proporcionaban un resplandor dorado y uniforme. Además, se podían utilizar de diversas maneras, no solo para broncear el rostro, sino también para contornear y añadir un toque de color a otras partes del cuerpo. Por eso, se convirtieron en un producto multifuncional y esencial en el neceser de maquillaje.
Las mujeres adoptaron inmediatamente estos polvos de acabado natural que, con un gesto instantáneo, eran capaces de iluminar su tez, sin importar la época del año o el tono de su piel. Se convirtieron rápidamente en una herramienta de belleza imprescindible a nivel mundial. Muy copiados, pero nunca igualados, se han convertido en el punto de referencia de todos los productos de maquillaje.
Con una nueva formulación de los legendarios polvos que se hace eco del compromiso de la Maison Guerlain con la naturalidad, rompiendo nuevos límites y utilizando un 96 % de ingredientes de origen natural. Con una sensación sensorial inalterada, un impresionante efecto bronceado natural y un acabado que ofrece una fusión con la piel inmejorable.
Así son los nuevos polvos bronceadores 'Terracotta', de Guerlain
Abrazando la tierra más de cerca que nunca, los polvos bronceadores Terracotta de hoy en día conservan lo mejor de lo que les ha convertido en un éxito durante 40 años, a la vez que aumentan su excelencia aún más. Hoy en día, se ha incrementado su naturalidad incluyendo un 96 % de ingredientes de origen natural. En el corazón de esta exclusiva fórmula, los pigmentos naturales y los reflejos luminiscentes garantizan un acabado legendario.
Como un eco de los orígenes desérticos que inspiraron estos polvos radiantes, por primera vez Guerlain ha añadido unas gotas de aceite natural de argán marroquí, conocido por sus propiedades nutritivas. Fiel a los compromisos de la Maison, Guerlain ha optado por abastecerse de este aceite de argán natural a través de la red de cooperativas Targanine, creada hace más de 15 años (además de la producción de ingredientes de origen natural, esta red participa en la salvaguardia de los recursos locales de las tierras marroquíes y en la creación de empleos estables en las zonas rurales).
El 4 % restante de los ingredientes han sido meticulosamente seleccionados para garantizar una fórmula perfectamente conservada y una sensación sensorial impecable. Con mayor naturalidad, el resultado del maquillaje es aún más perfecto y fiel a la piel. Para crear esta fórmula de origen natural, los formuladores de la firma han recurrido a un polvo sorprendentemente fino con pigmentos minerales y brillos luminiscentes que se fusionan con la piel a la perfección para garantizar un acabado de bronceado perfecto y radiante. ¿El precio? 55 euros.
En 2024, Guerlain reinterpreta el número uno de los polvos efecto buena cara, el icónico Terracotta Light, en una edición veraniega de su tono bestseller 03, en edición limitada. Esta exclusiva polvera cuenta con tres colores: un tono bronceador como base, dos tonos de colorete, uno rosa y otro coral intenso, para revelar una abeja con alas realzada por un iluminador rosa fucsia. Violette, Directora Creativa de Maquillaje de Guerlain, recomienda dos métodos de aplicación diferentes: para un efecto bronceado, se deben tomar todos los colores; para un resplandor con un toque de colorete, se deben tomar los polvos en las alas o en el cuerpo de la abeja. Ya están a la venta y cuestan 55 euros.
