Aunque los perfumes gourmand suelen evoca la magia de las pastelerías, las meriendas con amigas o ese toque de caramelo derretido que se queda flotando en el aire, lo cierto es que el espectro es mucho más amplio. Este tipo de fragancias ha conquistado el mercado con notas comestibles y mega dulces, donde reinan la vainilla, el praliné, los frutos confitados o incluso el algodón de azúcar. Eso sí, beauty lover, si eres de las que huyen de lo empalagoso, no abandones todavía este artículo. Por suerte, hay excepciones que merecen mucho la pena y Burberry Her Eau de Parfum es una de ellas. Este perfume encapsula el espíritu gourmand sin caer en el exceso, demostrando que la dulzura también puede ser "relajada", elegante y sorprendentemente adictiva.
Burberry Her Eau De Parfum, el perfume gourmand para las que tienen una relación complicada con esta familia de fragancias
La herencia olfativa de Burberry
Burberry no es solo gabardinas de infarto ni cuadros icónicos que se reproducen una y otra vz. Esta casa británica, nacida en 1856, también tiene un linaje perfumista digno de admiración. Desde que lanzaron su primera fragancia en 1981, Burberry for Men, han ido tejiendo un universo olfativo donde la sofisticación británica se mezcla con una contemporaneida rotunda. Bajo la batuta de perfumistas de renombre como Francis Kurkdjian, Anne Flipo o Olivier Polge, han creado perfumes con carácter, envueltos muchas veces en frascos que rinden homenaje al ADN visual de la marca. Burberry Her es el claro ejemplo de cómo la casa sabe reinterpretarse sin perder su esencia, ofreciendo perfumes con olor dulce de los que nunca te vas a cansar.
Burberry Her Eau de Parfum, una explosión frutal y floral
Firmado por Francis Kurkdjian, Burberry Her fue lanzado en 2018 con una ambición clara: capturar la esencia de una ciudad vibrante como Londres. Su salida es una auténtica lluvia de frutos rojos: fresa, frambuesa, zarzamora y cereza ácida bailan con mandarina, limón y grosella negra en un cóctel chispeante y vital. Pero no esperes una dulzura infantil, aquí todo está perfectamente equilibrado. Las flores blancas del corazón (violeta y jazmín) suavizan esa efervescencia frutal, añadiendo un matiz aterciopelado y delicado que nos traslada al paseo por un parque en plena primavera.
Una base adictiva sin empalagar
Donde Burberry Her conquista sin esfuerzo es en su fondo: una mezcla cálida y sensual de almizcle, vainilla y notas amaderadas, con un toque de pachuli que le da profundidad. No hay rastros de nata montada ni azúcar glass. Es una dulzura sofisticada, cálida, matizada. Esa clase de aroma que deja estela sin saturar, que se ancla a la piel con templanza. En realidad, es genial para las que busquen perfumes gourmand para sumergirte en la dulzura sin necesidad de sentirse atrapadas en una nube de azúcar. En definitiva, un perfume gourmand cosmopolita y altamente versátil. El precio en las web oficial de la marca es de 164 euros por 100 ml.
Otros perfumes para decir "sí" a la perfumería gourmand
Gourmand Bakhoor de Jousset Parfums
Aquí nos vamos al extremo opuesto del espectro gourmand. Gourmand Bakhoor es opulento, denso, casi hipnótico. Desde sus primeras notas de caramelo y leche, ya queda claro que este perfume no viene a pasar desapercibido. Luego entra un humo sutil, como de incienso ardiendo lentamente, que lo envuelve todo con una atmósfera casi mística. En el corazón, el cuero y el hinoki japonés le dan una vuelta inesperada al dulzor inicial. Y en el fondo, reaparece el caramelo, más oscuro, más tostado, acompañado de toffee y una segunda capa de incienso. Precio: 84 euros.
Gourmand Kiss de Alexandria Fragrances
¿Te imaginas un abrazo entre una taza de leche condensada y un puñado de almendras tostadas? Eso es, en esencia, Gourmand Kiss. La estrella aquí es el haba tonka, que despliega todo su potencial: recuerda al caramelo, al praliné, a un postre lácteo de los que reconfortan sin empachar. No es un perfume ligero, eso sí. Tiene una presencia envolvente que se queda contigo durante horas y horas, como si te hubieras impregnado en azúcar quemada y dulzura láctea. Y aun así, no se vuelve repetitivo.
