La perfumería siempre se ha considerado un arte en el que cada creador dispone de un lienzo en blanco para atreverse con composiciones inesperadas. No todo gira en torno a la vainilla, la rosa o los cítricos: existen ingredientes menos habituales que logran el interés de aquellos con una nariz entrada, curiosa. Este otoño 2025, entre las propuestas que han captado nuestra atención, destaca una nota que aporta carácter a cualquier perfume, capaz de dividir opiniones y, al mismo tiempo, marcar tendencia.
En ferias especializadas como Pitti Fragranze quedó claro que la industria ya no teme arriesgarse. Una de las notas que más comentarios ha generado es la de cannabis, que aporta un matiz fougère inédito dentro de las familias amaderadas y terrosas. Amantes de los aromas y profesionales coinciden en que no se trata de un toque exótico, sino de un ingrediente con peso propio. La cuestión es entender cómo funciona dentro de las composiciones y por qué se está consolidando como un gesto de rebeldía olfativa.
La curiosa nota que se alza como tendencia olfativa
¿A qué huele el aroma de cannabis?
Hablar de cannabis en perfumería no implica pensar en un olor estridente o demasiado literal. En realidad, la nota olfativa recrea matices verdes, herbáceos y resinosos, con un aire terroso y ahumado que recuerda a hojas secas y madera húmeda. Según la forma de extracción, puede inclinarse hacia un registro más fresco o hacia un perfil más oscuro y profundo.
Históricamente, el cannabis se ha empleado en aceites esenciales y en la herbolaria tradicional, aunque su uso en perfumería de autor es más reciente. Las casas nicho lo han reivindicado como un símbolo de libertad creativa, perfecto para amantes de lo poco convencional. De hecho, su flexibilidad permite acompañar notas especiadas, cítricas o florales sin perder identidad.
Perfumes con cannabis para sumarnos a este fenómeno
Hearts And Flowers de Angeline
En la categoría de lanzamientos recientes, Hearts And Flowers de Angeline se presenta como un ejemplo refinado de cómo el cannabis puede brillar sin eclipsar al resto de ingredientes. Presentado en 2024 y con un precio de 85 euros, esta creación arranca con una apertura directa de marihuana y pimienta, lo que le otorga un inicio especiado y punzante, casi eléctrico. A medida que evoluciona, aparecen las maderas secas y el cedro, que aportan estructura y calidez.

El fondo de almizcle suaviza el conjunto y lo convierte en una fragancia llevadera, sin perder personalidad. Lo especial de esta propuesta es la manera en que equilibra la potencia verde del cannabis con un halo sofisticado. Los perfumes más frescos y seductores pueden defender este ingrediente Asia Central y del Sur.
Sweet Leaf de Room 1015
Por otro lado, Sweet Leaf de Room 1015, disponible por 150 euros en Abanuc, apuesta por una narrativa más sensorial. Su arranque de pomelo y eucalipto despierta al instante, como una bocanada de aire puro en plena montaña. El corazón desvela un acorde de cannabis vibrante que, junto con la raíz de angélica, genera una textura densa y envolvente.

En el fondo, notas de jazmín, pachulí y madera de cachemira redondean el conjunto y aportan calidez. La estela resulta verde, suave y ligeramente amaderada, logrando una fragancia muy adictiva para fanáticas de la perfumería nicho. Este perfume transmite libertad e introspección. Eso sí, su temperamento lo hace ideal para momentos especiales, más que para el día a día.
Cannabis Fruttata de Bois 1920
La tercera propuesta llega de la mano de Bois 1920 con Cannabis Fruttata, un perfume lanzado en 2019 bajo la dirección olfativa de Cristian Calabrò. Disponible en FRModa por 101,43 euros, ofrece una visión mediterránea y luminosa de la nota de cannabis. Su salida impacta gracias al romero, orégano y hojas de higuera, que aportan un frescor herbal poco habitual en esta categoría.

En el corazón, el cannabis se une a moras azules y lirio de los valles, lo que da lugar a un contraste jugoso y floral. La base de cedro, pachulí y ámbar gris aporta cuerpo y permanencia. El resultado es más accesible que otras propuestas, pero igual de personal. Este equilibrio entre verdor, fruta y madera es una oda a la sofisticación italiana. De hecho, se perfila como una alternativa versátil frente a otras composiciones más densas.