Hay algo casi místico en un perfume que permanece durante horas, incluso después de una jornada intensa. Como amante de la perfumería (y periodista especializada), siempre he defendido que la duración no debería estar reñida con la sutileza. Y sí, aunque los perfumes dulces -con toneladas de vainilla o ámbar- han sido durante años la fórmula predilecta para "que dure", hay un nuevo enfoque que apuesta por otros ingredientes. Cedro, sándalo, almizcle blanco o incluso incienso componen ahora esa liga sensorial donde la profundidad y la sofisticación no abruman, sino que envuelven.
En mi radar están esas creaciones que apuestan por fórmulas que te abrazan, casi etéreas, con un aura misteriosa que se adhiere a la piel como un sello invisible de carácter. Porque los perfumes amaderados (y duraderos) con los que perderás el sentido de lo rico que huelen existen, y son un secreto que ya no quiero guardar. Huelen a galería de arte, a hotel boutique, a alma elegante. Lo mejor de todo es que son perfumes de mujer de larga duración que permanecen intactos todo el día sin reaplicarlos. En realidad, este artículo es una oda a esas fragancias con ingredientes nobles y longevidad sobresaliente, sin necesidad de empalagar. Así que, beauty lover, toma nota, porque estas son las fragancias que compraría una y otra vez.
Perfumes duraderos que dejan a un lado los matices más dulces
Santal à la Vie de Infiniment Coty Paris
Esta joya cremosa y amaderada tiene la virtud de hablar bajo, pero quedarse en la memoria olfativa de quien la huele. El dúo de sándalo y jazmín crea una sinergia perfectamente equilibrada, donde la calidez aterciopelada se fusiona con una nota floral blanca, como si fuera un susurro en clave de piel. Gracias a su altísima concentración (20 %), se queda contigo durante horas. Ideal para días de reuniones importantes o noches íntimas, su carácter envolvente y sensual la convierte en una firma invisible que huele a calma, sofisticación y presencia. Es uno de esos aromas sinónimo de lujo y poder que funcionan a las mil maravillas cuando cae el sol. El precio es de 230 euros.
Moha de Sasva
Aquí estamos ante una fragancia gourmand, pero lejos de ser la típica bomba azucarada. Moha juega con contrastes inesperados: abre con castaña, café y lima, una entrada que sorprende y engancha. En el corazón, aparece el sándalo (sí, de nuevo), junto con un jazmín que aligera y aporta textura. Las maderas secas y el almizcle en el fondo le confieren ese sello cálido y duradero que se queda pegado a la piel como un buen recuerdo. ¿La vainilla y el caramelo? Están ahí, pero tan bien balanceados que aportan suavidad sin saturar. Perfecto para una tarde de otoño o una cita nocturna, es un perfume que dice "he llegado" sin necesidad de levantar la voz. El precio es de 175 euros en FRModa.
Lunamaris de Diptyque
Si te gusta el incienso, Lunamaris será tu nuevo fetiche. Envolvente, mineral, como si capturara el brillo del nácar en un frasco. Es una de esas fragancias que se sienten limpias pero con un fondo hipnótico gracias al cistus (jara) y la pimienta rosa. La composición tiene ese toque místico y elegante que funciona tan bien en oficinas minimalistas como en cenas sofisticadas. A pesar de su ligereza inicial, la estela es persistente: no grita, pero nunca desaparece del todo. Este equilibrio perfecto entre frescor seco e intensidad resinosa es lo que garantiza su excelente fijación sin recurrir a notas dulces ni empalagosas. El precio es de 275 euros en Abanuc.
Smoke de Jil Sander
Una propuesta lanzada en 2025 y, desde ya, una firme candidata a clásico moderno. Smoke tiene esa vibra arty, muy Jil Sander, donde lo esencial se convierte en lujo. El elemí en la salida aporta ese golpe especiado-resinoso que da carácter desde el primer instante. Luego, un corazón de aldehídos y cedro ofrece pureza y estructura. Pero lo verdaderamente inesperado (y fascinante) es el fondo de petróleo de cade: una nota oscura, con un toque ahumado que evoca cuero, fuego, algo casi salvaje. El precio es de 230 euros.
Perché no de Fendi
Perché no es una de esas fragancias sin reglas, pero con muchísimo estilo. Comienza con bergamota e incienso, un dúo que abre con una luz tenue, elegante. Luego entra el iris absoluto, nobleza pura, y aparece un vetiver ligeramente terroso que estructura el conjunto. El almizcle blanco le da duración y una sensación de piel limpia; el sándalo, profundidad. Y atención al toque inesperado de pino, que le añade frescor seco y aire libre. Una fragancia para el día a día, para una mujer que no necesita dulzura para seducir. Sin duda, uno de esos perfumes duraderos que abandonan los perfiles más dulces y que merecen un hueco en tu tocador. El precio es de 300 euros.
