Zara cumple cincuenta años y lo celebra con una propuesta que trasciende la moda: una colección de fragancias concebida como una obra de arte. En colaboración con el icónico director creativo Fabien Baron y el prestigioso perfumista Alberto Morillas, la firma española ha creado una línea que encapsula su espíritu de innovación, sofisticación y accesibilidad. Este lanzamiento, que forma parte del proyecto “50 Piezas, 50 Creadores”, rinde homenaje a la evolución estética de Zara y a su capacidad de democratizar el lujo sin perder su esencia. Lejos de ser un simple ejercicio de conmemoración, esta colección marca un punto de inflexión en la historia de la marca: el momento en que la moda, el arte y la perfumería convergen en una experiencia sensorial diseñada para perdurar más allá del tiempo y las tendencias.
Un diálogo entre arte, moda y emoción olfativa
El proyecto “50 Piezas, 50 Creadores” ha sido concebido como un manifiesto cultural que celebra el poder transformador de la creatividad. Dentro de esta iniciativa, la colaboración entre Fabien Baron —maestro de la estética contemporánea— y Alberto Morillas —uno de los perfumistas más respetados del mundo— se erige como una alianza casi poética. Juntos, han diseñado un set de fragancias que va más allá del perfume tradicional: es una interpretación emocional del ADN de Zara.
El resultado son composiciones refinadas, equilibradas entre la ligereza floral del azahar, la calidez del cardamomo y el magnetismo del almizcle. Cada acorde evoca una parte del viaje de Zara desde su nacimiento en Galicia hasta convertirse en una firma global que ha sabido mantener su esencia: elegancia sin ostentación.
Fabien Baron: el arquitecto del deseo contemporáneo
Fabien Baron no es un nombre cualquiera dentro del universo creativo. Director de arte, fotógrafo y diseñador, su firma ha estado detrás de campañas icónicas para Calvin Klein, Balenciaga o Giorgio Armani. Su colaboración con Zara representa un encuentro entre dos visiones: la del lujo conceptual y la del lujo cotidiano.

Baron entiende la fragancia como una extensión de la identidad visual de una marca, una huella invisible que acompaña a la moda. En esta colección, cada frasco es una pieza escultórica de líneas depuradas, casi minimalistas, donde la pureza del diseño refleja la sofisticación de su contenido. “Queríamos que el perfume no solo oliera bien, sino que contara una historia”, explica Baron en las notas del lanzamiento. Esa historia es la de Zara: una marca que ha sabido convertir lo cotidiano en arte.
El toque maestro de Alberto Morillas
Alberto Morillas, creador de perfumes legendarios como CK One o Aqua di Gio, aporta a esta colección su maestría en el equilibrio entre naturalidad y sofisticación. Su intervención dota a las fragancias de una estructura olfativa envolvente, con una evolución que pasa de la luminosidad cítrica de la bergamota a la sensualidad cálida del almizcle blanco.
Morillas ha descrito este trabajo como un “ejercicio de modernidad emocional”, una manera de traducir la estética visual de Baron en lenguaje aromático. El resultado es un conjunto de perfumes que no solo seducen por su aroma, sino por su narrativa: cada uno invita a un viaje íntimo hacia la elegancia accesible que Zara ha hecho su sello.
Lujo accesible: la nueva definición del refinamiento
Lejos de buscar competir con las casas tradicionales de alta perfumería, Zara apuesta por un modelo distinto: ofrecer calidad y creatividad a precios democráticos. Este lanzamiento refuerza la idea de que el lujo ya no depende del precio, sino de la experiencia. La colección de Baron y Morillas logra elevar la percepción sensorial de la marca sin perder su esencia popular, generando un diálogo entre aspiración y autenticidad.

Los frascos, de estética arquitectónica, están concebidos para ser objetos de colección. Su diseño, sobrio y táctil, invita a la contemplación tanto como a la experiencia olfativa. Es el lujo entendido como emoción, no como exceso.
Cincuenta años de estilo, innovación y visión global
Desde 1975, Zara ha construido un imperio basado en la intuición y la velocidad, pero también en una visión estética coherente. En su cincuenta aniversario, la marca no solo mira atrás con orgullo, sino que redefine su papel en la industria global. Esta colaboración con Baron y Morillas demuestra que el futuro de la moda pasa por la transversalidad: cuando el diseño, el arte y la belleza convergen en una narrativa sensorial, la experiencia del consumidor se eleva a otro nivel.
Zara no solo celebra medio siglo de historia, sino que reivindica su poder de evolución constante. Y lo hace con un gesto audaz: convertir un perfume en una metáfora de su propio legado. Una alquimia contemporánea que resume cincuenta años de historia en una esencia: la del estilo que evoluciona sin perder su alma.