Las confesiones de Joaquín Sabina hacia la que hoy es su esposa, Jimena Coronado, han traído a la actualidad a un músico que siempre se ha caracterizado por mantener las distancias en torno a su vida privada, alejando del foco mediático sus idas y venidas y sus sentimientos más personales, unas sensaciones que si ha plasmado, y de forma genial, en las letras de sus canciones, unos temas que han hecho vibrar a millones de personas que se han convertido en sus incondicionales fans.
“Llevo con Jimena 30 años. Ha estado conmigo en las buenas o en las malas. De gira, si no viene ella no voy”, decía hace unos días en ‘La noche D’, el nuevo programa de Dani Rovira en TVE, inaugurando el espacio del actor con una verdadera declaración de amor hacia la mujer que “me ha salvado”, pues antes todo era “sexo, drogas y rock and roll”. Su idilio fue un bálsamo para el cantautor y así ha transcurrido su historia de amor.

Joaquín Sabina conoció a Jimena, periodista de profesión, en Perú , en 1994, cuando él ya era una estrella de la música hispana y ella le iba a realizar una entrevista. Aquel encuentro con la que es hija del expresidente del Banco Central de Reservas del país alpino, en el hotel Sheraton de Lima, desembocó primero en una amistad y finalmente en una relación sentimental que fue hecha pública en 1999 y que se ha extendido hasta nuestros días. Sabina le compuso una canción que fue premonitoria en cuanto al inicio de su convivencia, ‘Rosa de Lima’, leyéndose en el estribillo “Ven, ven, vente conmigo…”, algo que la mujer de su vida cumplió trasladándose a Madrid, a la casa que el poeta y pintor tiene en la calle Relatores.

Para el autor de frases tan escuchadas como ’19 días y 500 noches’ o ‘No hay nada mejor que encontrar un amor a medida’, la unión con Jimena es la más larga que ha tenido, antes estuvo casado con Lucía Correa y más tarde tuvo como compañera sentimental a Isabel Oliart, madre de sus dos hijas, Carmela y Rocío, con las que la peruana se lleva de maravilla. Las dos fueron testigos, el 20 de junio de 2020, de la boda de la pareja en el Registro Civil de Madrid, asistiendo también su amigo Joan Manuel Serrat y su esposa Candela, siendo los testigos.
Jimena ha sido el gran apoyo de Sabina, que cumplirá 72 años este 12 de febrero, y se convirtió en su mano derecha, involucrándose por completo en la profesión del artista y estando a su lado también en los difíciles momentos, como cuando le dio un ictus en 2001 o tras el gran susto que se llevaron cuando se cayó del escenario durante una actuación en el Wizink Center de Madrid, en febrero del pasado año, por lo que tuvo que ser operado de urgencia de un derrame cerebral.
30 años de amor verdadero
El cantautor conoció a Jimena en su Perú natal y poco a poco se fue enamorando perdidamente de ella, tanto que le pidió que se fuera a vivir con él a Madrid y ella aceptó, solo hay que verles en la actualidad para saber que ambos acertaron.

Compañera de vida
Jimena Coronado está involucrada en la profesión de su marido, tanto, que el músico dice que si ella no va con él a una gira no va.

Medalla de Andalucía
Joaquín Sabina recibió en 2016 la Medalla de Andalucía y a su lado no podía faltar la que entonces aún era solo su pareja sentimental, como bien ha insistido la quiere a su lado siempre.

El primer gran susto
En 2001 al músico y pintor le dio un ictus, comenzó a sentirse mal y le dijo a Jimena que le llevara al hospital, gracias a eso fue tratado a tiempo y pudo recuperarse, ella no se separó de su lado.

Otro vuelco al corazón
El año pasado Sabina tuvo un tropiezo y se cayó del escenario del Wizink Center donde estaba actuando junto a su gran amigo Joan Manuel Serrat, volvió a la palestra en una silla de ruedas conducida por el catalán y parecía que solo era un leve percance, pero al final tuvo que ser operado de un derrame cerebral.

Le dice ''sí quiero'' a Jimena
Fue en noviembre de 2019, coincidiendo con el 50 cumpleaños de Jimena, cuando Sabina le pide que se case con él, una boda que celebraron en plena pandemia de coronavirus en junio de 2020.

Enamorado del viejo Madrid
Ahora Joaquín Sabina está completamente recuperado de sus percances de salud y vive feliz junto a Jimena en su casa del centro de Madrid, como buen bohemio es la zona que no cambiaría por nada para pasar el resto de su vida junto a la mujer que ama.
