Desde la semana pasada la realeza europea está revuelta: Meghan Markle y el príncipe Harry hicieron público su deseo de abandonar la corona británica para hacer carrera en solitario y ser independientes económicamente. La reacción de la reina no se hizo esperar. No es que no le gustara la decisión de su nieto y la exprotagonista de Suits, es que se había enterado de todo por la prensa. Tras reunirse con el príncipe Harry, Guillermo y Carlos de Inglaterra, Isabel II ha emitido un comunicado en el que da el visto bueno a su nieto y su familia, pero con un tirón de orejas previo.
"Hoy mi familia discutió de manera muy constructiva sobre el futuro de mi nieto y su familia”, empezaba el comunicado en el que Isabel II ha querido dejar claro que para ella y el resto de los suyos lo principal es que Meghan y Harry estén felices. "Mi familia y yo apoyamos completamente el deseo de Harry y Meghan de crear una nueva vida como una familia joven", ha dicho. Eso sí, no sin antes confirmar que lo que hubiera deseado era tener una familia unida y que continuaran siendo “miembros a tiempo completo” . “Aunque hubiéramos preferido que ellos hubieran continuado como miembros de la familia real que trabajan a tiempo completo, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente como familia sin dejar de ser una parte valiosa de mi familia”.
"Harry y Meghan han dejado en claro que no quieren depender de fondos públicos en sus nuevas vidas. Por lo tanto, se ha acordado que habrá un período de transición en el que los Sussex pasarán tiempo en Canadá y el Reino Unido”, ha aclarado sobre el futuro de los duques de Sussex.
Y aunque parezca que todo está zanjado, todavía les queda mucho trabajo por delante. "Estos son asuntos de familia son complejos y hay que resolverlos y aún queda trabajo por hacer, pero he pedido que se tomen las decisiones finales en los próximos días ", ha terminado su comunicado.
