Suenan campanas de boda. Estamos ante uno de los eventos más importantes del papel cuché de los últimos tiempos: el enlace de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Al leer estas líneas parece que no hubiera pasado nada entre ellos, pero hay que echar la vista atrás para recordar que, el pasado mes de septiembre se canceló la boda debido a la infidelidad del empresario. Infidelidad que se produjo en el marco del festival de música Burning Man, celebrado en Nevada, en Estados Unidos, a finales del mes de agosto.
En un primer momento negó los hechos a golpe de comunicado. Era inevitable, sus caminos se separaron. Pero el destino hizo de las suyas y los volvió a unir. El conocido como ‘milagro navideño’ se produjo el pasado mes de diciembre. Poco después hicieron de su particular historia de amor un cuento de hadas. Se dieron una oportunidad y para sellar esta nueva etapa hicieron las maletas y se trasladaron hasta el Polo Norte, donde vivieron en una nebulosa romántica cada segundo.

“El amor gana, y es lo que ha prevalecido y lo que nos ha traído hasta aquí tras estos meses tan duros, pero el amor que sentimos el uno por el otro, contra todo pronóstico, nos ha vuelto a unir”, confesó Onieva, muy enamorado tras volver con la marquesa de Griñón. Finalmente, la pareja del momento tomó la decisión de continuar con el enlace que, si bien iba a ser en un principio el 17 de junio, ha sido pospuesto para el 8 de julio. Será en el palacio El Rincón (situado en Aldea del Fresno, a tan solo unos kilómetros de Madrid), donde se celebre por todo lo alto su unión.
Mientras Tamara Falcó continúa sumergida en la recta final al que será uno de los días más felices e importantes de su vida, se ha producido un movimiento que, desde luego no ha pasado desapercibido: la venta del mencionado enclave. Se vende por nada más y nada menos que la friolera cantidad de 7 millones de euros. Fue en enero de 2021 cuando se dio a conocer que Tamara y su hermano mayor, Manuel, habían tomado la decisión de comprar a Esther Doña la finca para poder gestionarla entre los dos.

Un giro de los acontecimientos que acogieron con la mayor de las esperanzas, pero que sin embargo, no habría dado los frutos que estaban buscando, motivo por el que han decidido colgar (a su pesar) el cartel de “se vende” a menos de cinco meses de la gran boda de Tamara e Íñigo. Este Palacio se trata de una joya arquitectónica situada en la localidad de Aldea del Fresno, donde el que fuera marqués de Griñón residió con su cuarta y última esposa antes de morir. Eso no es todo, porque tal y como dio a conocer el digital Look “el Palacio está que se cae. Cuando fuimos a localizar, nos quedamos muy sorprendidos al ver en qué condiciones se encontraban la mayor parte de las habitaciones. Es más, se cogieron las zonas más decentes para grabar y hacer la escena porque en el resto era imposible rodar”.

Ahora, queda esperar (unos meses) para ver si los hermanos Falcó, finalmente, encuentran un vendedor, cambian de opinión, pero, sobre todo, la expectación es máxima para descubrir con todo lujo de detalles cómo será la boda en la que Tamara e Íñigo, con la que pondrán el broche de oro a una historia de amor que parecía acabada, pero simplemente era un punto y aparte para llegar hasta donde han llegado no sin antes luchar contra viento y marea contra todo lo acontecido y que, como era de esperar, los colocó en el ojo del huracán.