Esta semana, los medios de comunicación y las redes sociales han estado eclipsadas por una separación que ha dado la vuelta al mundo: Chiara Ferragni y Fedez han roto su matrimonio tras ocho años juntos y dos hijos en común. La principal razón, según cuentan los medios italianos, serían los problemas legales en los que estaba envuelta la influencer tras el escándalo del caso Pandoro, los cuales también habrían salpicado a los negocios del rapero.
Además, el diario ‘Dagospia’ aseguraba este 22 de febrero que Fedez habría abandonado la casa familiar y ya estaría haciendo una vida al margen de Chiara Ferragni, quien ha publicado su primera entrevista esta misma mañana.
El medio italiano ‘Corriere della Sera’ ha sido el encargado de difundir las palabras de la modelo y empresaria, que se produjeron dos días antes de que se confirmase la separación, por lo que apenas se pronuncia acerca de su ruptura con Fedez.
“Es mi marido y en mi opinión, en ciertas situaciones de caos extremo, las cosas es mejor mantenerlas dentro de la pareja. (...) Está bien mantener los problemas dentro de los muros familiares. (...) Yo también soy imperfecta, pero siempre de buena fe”, explica Chiara Ferragni a ‘Corriere della Sera’.
En la misma conversación, la influencer de 36 años defiende que la prioridad de todo matrimonio debería ser proteger a los hijos de cualquier escándalo que pudiera poner en peligro su felicidad o estabilidad emocional.
“Todo el mundo quiere opinar, pero para mí más que dar explicaciones es más importante hacer lo que creo que es correcto: mantener los problemas dentro de los muros familiares”, manifiesta Ferragni.
Por otro lado, la italiana asegura que, durante estos meses de rumores constantes, el silencio y el hermetismo, además de convertirse en sus grandes aliados, le han servido para hacerse fuerte ante la adversidad y las críticas. Además, asegura que respeta a las 30 millones de personas que la siguen en sus perfiles sociales y que, por esta razón, ha guardado las formas: “A veces me cuesta mostrar mi vulnerabilidad. Lucho porque si dijera lo frágil que me siento me vería aún más débil y vulnerable a los ataques”.
