"Al final del día, podemos aguantar mucho más de lo que pensamos que podemos." Si por algo destaca Frida Kahlo (1907-1954), además de su prolífica obra pictórica, es su pasión, tenacidad, su débil fortaleza al dolor, al desamor, a su cuerpo, a su condición. Pese a ello (y con ello), día a día se enfrentaba a sus fantasmas, a sus miedos, a sus eternos dolores (de cuerpo y alma). Frida, pintora mexicana, considerada como una revolucionaria y hasta surrealista, creó un estilo propio que ha trascendido hasta nuestros días. Sus avatares sentimentales con sus parejas y en especial con su eterno Diego Rivera marcaron su manera de sentir cada pincelada, cada segundo de vida.
Frida sufría y mucho, no por ello dejó de luchar por cada uno de los males físicos y psíquicos que la circundaban. 32 operaciones, consecuencia de un accidente en un autobús que sufrió en su juventud, la mantuvieron postrada en la cama durante largas temporadas. Pese a ello no dejó de pintar ni un solo día, mandó colgar en el techo de su cama un espejo para poder seguir retratándose aún allí condenada. Mujer torturada y engañada, sus pensamientos, poemas, declaraciones y frases han trascendido casi tanto o más que sus obras, llegándose a convertir en un icono, en una bandera de la fortaleza.
Visos de nostalgia, de sufrimiento, el dolor y la cercanía de la muerte son constantes en las obras, cargadas de simbología, de la mexicana. Su vida un ejemplo de energía. Sus reflexiones de la vida, el amor (y el desamor, las frases más virales de la pintora) no dejan de compartirse y ser el reflejo del pesar de muchas personas.
Recogemos algunos de los pensamientos más intensos de la artista que se han convertido en el eco de muchos sentimientos que no sabían cómo traducirse en palabras. Ella que lo dio todo por el amor, que no entendía la vida sin este, que se apagaba y encendía ante los constantes desplantes de Diego, supo amar desde el desconcierto, desde la incomprensión de un corazón que pese a la razón le deseaba sobre todas las cosas. Su historia de amor, turbulenta y apasionada a partes iguales, fue uno de los tantos e inmensos motores de la obra de la de Coyoacán.
La infidelidad en palabras de Frida Kahlo
Así vivía los momentos de máxima angustia y desazón tras las ausencias de Diego Rivera, la historia más intensa, intermitente y dolorosa que jamás vivió la pintora. Pese a que sabía que le dolía, en múltiples ocasiones, confesó que no podía zafarse del amor que le profesaba.
