Ser productivas y mantener la concentración no es fácil, y menos en esta época de volatilidad e inmediatez que estamos viviendo. Con tantos estímulos, muchas veces nos cuesta mantener nuestra atención en una sola cosa, ya sea ésta el trabajo, los estudios, o algo tan cotidiano como leer o ver una película. Nos distraemos, recurrimos al móvil, a las redes sociales o, simplemente, caemos en la tentación de cualquier cosa que no sea concentrarnos lo que tenemos o queremos hacer.

Por eso es que la productividad y la concentración, así como la organización, suelen ir de la mano. Hay técnicas para mejorar la concentración, como por ejemplo, el llamado Deep Work, pero hoy vamos a hablar de un método concreto explicado por los psicólogos. Se trata del "comerse una rana", una técnica con un nombre bastante curioso pero que puede ser muy efectiva para aumentar la productividad.
En qué consiste el método de 'comerse una rana'
La idea surgió del conocido empresario y escritor Brian Tracy, quien a partir de una cita del escritor Mark Twain que decía "cómete una rana viva a primera hora de la mañana y nada peor te ocurrirá a lo largo del día", ideó este curioso método. ¿En qué se basa? Se basa en una idea muy sencilla: hacer lo más complicado del día a primera hora de la mañana.

Si lo pensamos bien, es una metáfora parecida al razonamiento que inconscientemente hacemos cuando comemos de dejarnos lo que más nos gusta para el final. Es lo mismo, pero aplicado a la inversa y llevado al terreno de lo personal. Vale tanto para el trabajo como para los estudios o simplemente para el día a día.
Como explica el psicólogo Javier Savin (@javier.savin), "se trata de hacer a primera hora de la mañana aquellas tareas que requieren de mucho esfuerzo o me dan muchísima pereza". Él pone su ejemplo personal de levantarse a las seis de la mañana para hacer deporte, pero es aplicable a cualquier tarea que se nos haga pesada a nosotras.

Al adoptar esta estrategia, optimizamos nuestra productividad, y fortalecemos nuestra capacidad para enfrentar los desafíos con determinación y vigor. Este enfoque no sólo se limita al ámbito del ejercicio físico, sino que se extiende a cualquier empresa que requiera un esfuerzo concentrado y persistente. Al integrar esta práctica en nuestra rutina diaria, podemos cultivar una mentalidad resiliente y alcanzar nuestros objetivos con mayor claridad y éxito.