La moda de los años 40 vino marcada por un fuerte contraste. El papel de la mujer en la sociedad se refuerza y ello da lugar a una moda rotundamente femenina. Descubre todos sus secretos leyendo este post.
Así fueron las dos fases que marcaron la moda de los años 40
En plena Segunda Guerra Mundial, el lujo ya no estaba bien visto. Las telas se usaban prioritariamente con fines militares, así que las mujeres se decantaron por usar prendas austeras y prácticas.
La escasez de tejidos marcó fuertemente las tendencias de la época. Se acortaron faldas y chaquetas. Los bolsillos, pliegues y amplios dobladillos tampoco tenían cabida en el nuevo paradigma. Las telas de baja calidad fueron las más utilizadas.
La máxima patriótica era improvisar y remendar. Las prendas holgadas y pantalones fueron los protagonistas del improvisado outfit laboral femenino. Lo más frecuente es que las prendas fueran confeccionada por las propias usuarias, muchas veces reutilizando ropa de hogar.
Los años 30 apuestan por los looks militarizados—priman las hombreras y los tonos neutros— y funcionales —se usan calcetines en lugar de medias—.
El dos piezas de chaqueta entallada y falda midi tipo tubo fue el conjunto más emblemático de la época. Cejas y labios arqueados, peinados con tupés y rulos, así como labios rojo pasión no podían faltar en ninguna mujer de los 40.
Los guantes, cinturones, zapatos gruesos, sombreros, estolas de piel y collares de perlas fueron los complementos estrella de la década. Y los pañuelos y turbantes resultaron el accesorio perfecto para recoger el cabello mientras se trabajaba en granjas o fábricas.
Acabada la guerra, París busca recuperar el título de capital de la moda. La sobriedad bélica deja paso a un floreciente glamour. La paz y la libertad dan lugar a estilismos de ensueño con una fuerte inspiración royal.
En las colecciones de 1939 y 1940 de Balenciaga pudimos apreciar estas tendencias en sus vestidos de Infanta, con amplios vuelos, corte peplum y diminuto polisón trasero. El modisto guipuzcoano, sin embargo, rompería esta tendencia en 1947 con su colección Tonneau, que apostaba por unos diseños mucho más modernos.
No sería hasta 1946 cuando la escritora Gertrude Stein bautizaría como el New Look francés a la nueva tendencia, que apostaba por el estilo principesco. Lo hizo tras asistir a la colección de Balmain de 1946, donde abundaban las faldas acampanadas y las cinturas de avispa.
El concepto New Look pasaría a la historia gracias al desfile que Christian Dior presentó su colección Corolla en el París de 1947. El lujo más excesivo y la feminidad más frágil cobraban entonces una nueva dimensión que revolucionaria la moda.
El impacto causado por la moda de los años 40 perdura en nuestros días. A menudo podemos ver cómo sus tendencias se asoman en la ropa y complementos de diversas marcas desde las low cost como Mango a Michael Kors, Nine West o Alexander Wang. ¡No podemos pasar sin ellas!