Una modelo con las ideas bien claras por la que no pasan los años, así podríamos describir a Antonia Dell’Atte. Desde muy joven, la italiana consiguió captar la atención del diseñador Giorgio Armani, gracias a sus ojos claros, su pálida pie y su distinguido corte de pelo “masculino”. En la época de los años 80, se llevaba el pelo largo (de hecho, cuanto más largo, mejor), pero Antonia marcaba la diferencia con su melena XS. A los 24 años se convirtió en la fuente de inspiración de Giorgio Armani y protagonizó sus campañas publicitarias durante tres temporadas.
Dio una vuelta de tuerca a su vida cuando conoció a Alessandro Lecquio, hijo del conde Clemente Lecquio di Assaba y su segunda esposa. Se conocieron en Portofino, donde él quedó prendado de su belleza. Más tarde, se volvieron a encontrar en Milán. No dejaron que esa ocasión pasara y decidieron darse la oportunidad de conocerse. Fue cuando se enamoraron y tenían planes de futuro juntos, pero la familia de Alessandro no lo vio con buenos ojos. Sobre todo su madre, ya que no veía correcto que fuese una joven del sur “sin apellido” y decidió no acudir a la boda. Más tarde, Dell’Atte dejó las pasarelas por el nacimiento de su hijo Clemente.
Alessandro trabajaba en la dirección de Actividades Internacionales de Fiat y una de las consecuencias de su vida profesional era su constante traslado. Después de destinarle a Varsovia, la familia marchó a Madrid en el año 1990. La pareja acudió a una fiesta de Chanel en Las Ventas donde conocieron a Ana Obregón. La actriz de Ana y los 7 protagonizó un romance con Lecquio que acabó con su vida familiar para siempre, cuando se filtró al público el romance.
Antonia en ningún momento tuvo tapujos a la hora de acudir a programas televisivos para hablar de la infidelidad de su marido, algo que llamó la atención a los medios españoles y consiguió que su fama subiera como la espuma. Años más tarde, se tuvo que retirar del foco mediático por una afección en los ojos por la que “aprendió a perdonar” a todas las personas que, según ella, no se lo merecían.
Hace seis años que Antonia reapareció en televisión y abrazó a Ana Obregón delante de las cámaras en el concurso MasterChef Celebrity 2018, un hecho con el que pondría “punto y final” a su rencor acumulado.
