A grandes rasgos, hay dos tipos de fanáticas de la moda: las que adoran los diseños con el sello UGG y las que los odian. Quizás odiar es un término demasiado extremo, pero ya me entendéis. El paso del tiempo ha colocado a la firma estadounidense en lo más alto del pódium de la moda y no hay it girl que se resista a sus encantos.
Cada temporada parece destinada a estar protagonizada por unas botas UGG, aunque el catálogo de la firma también está compuesto por zuecos o sandalias peludas, entre otro tipo de calzado.
Las Tazz, una versión maximalista de las atemporales Tasman (el zueco de UGG), son las deseadas del momento, pero su furor ha causado que cuelguen el cartel de agotado en casi todas partes. Es prácticamente imposible dar con ellas a no ser que estés dispuesta a pagar una millonada en las plataformas de venta de segunda mano.
De hecho, en la web oficial de la marca solo está la versión infantil, así que olvidarse de ellas es una gran opción si no queremos caer en la desesperación absoluta, a no ser que tengas un pie por debajo de la talla 32, algo bastante improbable en edad adulta.

Pese a que los diseños de UGG no duden en sumarse a las tendencias de cada temporada (las plataformas XXL van que vuelan), hay un modelo que forma parte de su lineal básico y que no conoce fecha de caducidad: las botas Classic Mini II.

Para muchas de nosotras, las Classic Mini II (179,99 euros) fueron nuestro primero amor de la firma. Aún recuerdo a mi padre preguntarme lo siguiente: ¿por qué sales a la calle con zapatillas de estar por casa? Mi respuesta fue tan sencilla como esta: están de moda, papá.
Mucho ha llovido desde entonces, pero estas botas siguen siendo infalibles en mi armario, y en el de gran parte de celebrities y chicas top del street style. En especial, las alternativas teñidas de chesnut, el color emblema de la casa.
Combinarlas es tan fácil que nos facilita mucho el trabajo cada mañana. El street style nos enseña que quedan de diez con un chándal dos piezas, con un pantalón cargo, con un par de vaqueros o con unos leggings mega cómodos. La clave reside en defender tus UGG con elegancia y actitud. Fichamos siete estilismos protagonizados por unas Classic Mini II bañadas de chestnut para afianzar esta idea.
Siete looks con un punto en común: unas Classic Mini II chestnut






