Hay semanas enteras repletas de desfiles de moda en ciudades de todo el mundo: Tel Aviv, Dakar, Dodoma, Lisboa, Bogotá, Liverpool, Reikiavik, Miami, Moscú, Copenhague, Lagos. Pero solo unas pocas tienen el poder de influir a nivel global en la forma en que la gente se viste y se percibe a sí misma (Nueva York, Londres, Milán y París).
Precisamente, durante la Semana de la Moda de Londres una de las marcas que llamó particular atención por su mensaje de inclusión fue Sinéad O’Dwyer. La artista y diseñadora irlandesa juega transformando la pasarela en un espacio inclusivo en el que desfilan personas en sillas de ruedas, plus size, transgénero, sin depilar, mujeres embarazadas y con estrías.
La última edición de la New York Fashion Week ha estado marcada por la heterogeneidad, puesto que la mayoría de los 80 diseñadores que participaron fueron firmas emergentes que apostaron por la diversidad racial e hicieron hincapié en la sostenibilidad de una de las industrias más contaminantes.

En ese contexto, la Semana de la Moda Madrileña (MBFWM) está creciendo a pasos agigantados con respecto a este tema y su misión es clara: representar a una sociedad diversa, en donde todos se sientan identificados.

La Mercedes Benz Fashion Week Madrid culminó su 77ª edición de la mano de diseñadores consagrados y otros tanto emergentes que marcaron la pauta de lo que vendrá en las próximas temporadas.
A primera vista, desde la primera fila todo es emocionante. Sabes que no debes considerar la inclusión como una forma de validación. No obstante, la idea es embriagadora. La moda se ha hecho eco de las demandas sociales sobre las pasarelas, también resulta notorio el cambio de paradigma vivido durante esta edición en lo que a tallas, edades e identidades sexuales se refiere, configurando un nuevo panorama que por fin parece tangible y que, lejos de la anécdota, encuentra confirmación en los datos.

"Para nosotros es imprescindible que haya inclusión, diversidad de género, de talle y edad en las pasarelas. Queremos ser espejo de la sociedad y estar alineados con ella", explica Ana Rodríguez, Directora de MBFWM. Quien asegura que en los desfiles del evento, ya no solo se encuentran modelos mujeres heteronormativas y hegemónicas, sino que se busca mostrar la heterogeneidad que existe en la sociedad, y despojarse de prejuicios.

Precisamente, necesitamos volver a pensar en la moda como una forma de aportación cultural e intentar dejar atrás un modelo de consumo desbordado que aboca indirectamente a las desigualdades sociales. Sin duda, muchas marcas españolas han iniciado un camino hacia esa dirección, mostrando pasarelas diversas, inclusivas y en algunos casos, sostenibles para interpretar el sentir contemporáneo y los cambios sociales que se avecinan y que, sin duda, la moda no puede ignorar.
Detrás de las lentes, firmas como Pedro del Hierro y Pablo Erroz han seleccionado distintos perfiles para modelar sus piezas. Desde señores de la tercera edad hasta modelos curvy y personas de raza negra.

Otra de las marcas que se destacó en este tema fue Alejandre. En su primer desfile presentó una propuesta innovadora y disruptiva, en la cual prendas que nos transportan al universo lencero y a la vez de carácter militar, fueron llevadas con gracia y naturalidad por distintos cuerpos y perfiles. La firma se alejó de los estereotipos preestablecidos para recordarnos que se puede tener una relación sana con nuestros cuerpos y usarlo como una herramienta poderosa de empoderamiento.

La representación en la pasarela importa y tiene peso simbólico. A pesar de la ubicuidad de las redes sociales para comunicar lo nuevo, siguen siendo importantes escenarios para comunicar las visiones de una marca.
Si bien lo que sucede en los desfiles y en la publicidad no es más que un cuento de fantasía, estas imágenes moldean nuestras percepciones sobre la belleza y también nos enseñan qué cuerpos son visibles y cuáles otros no. En un mundo meramente visual, lo que no vemos, pareciera que no existe.
"Buscamos seguir dándole peso a la diversidad e inclusión a través de los canales de comunicación y las redes sociales, transmitirlo con total naturalidad, y que lo que hay encima de la pasarela sea lo que demuestre que esto que decimos está ocurriendo realmente. Es importante tenerlo en papel, pero aún más representarlo en persona", agrega Rodríguez.

Pese a este gran avance, sabemos que a la moda le queda un largo camino para alcanzar la diversidad e inclusión total, pero no es algo solo propio de esta industria, sino de la mayoría de los sectores culturales. En la mayoría de los casos no reflejan una realidad completa, sino un universo sesgado creado a imagen y semejanza de sus creadores, no de sus consumidores. Esperamos que el cambio real venga, y pronto.