A principios del siglo XX, el mono era una prenda destinada al uso de los paracaidistas, con los años, la prenda ha ido evolucionando consiguiendo colarse en nuestros armarios casi cada año. Eso sí, en algunos ha hecho acto de presencia con más éxito que en otros.
En esta ocasión, la tendencia llegó la temporada pasada y ahora se está terminando de acomodar en los looks que visten las calles y también los eventos. Fue Elsa Schiaparelli (¡cómo no!) la encargada de introducir esta prenda como un elemento de moda más allá de su finalidad. Sin embargo, no fue hasta varias décadas más tarde cuando comenzó a tomar protagonismo.
Encontramos 1001 referencias sobre cómo llevarlo gracias a looks inolvidables como los de Lady Di o la reina Sofía en Mallorca, más fluidos, Cher o Mick Jagger emulando a Catwoman en los 70, los estampados de Pucci de los 60, los diseños futuristas de Bowie o su versión más cómoda y utilitaria en Los Cazafantasmas o Alien, el octavo pasajero. Y es que es su versatilidad lo que hace del mono una prenda imprescindible.
La propuesta de Stella McCartney puede ser una buena opción para ir a la oficina. Se le puede incluir complementos discretos, pero también se puede convertir en el mejor aliado para una noche de fiesta combinado con unas sandalias especiales o en una prenda de lo más relajada con zapatillas.
Saint Laurent, es otra de las firmas que hicieron de él su seña de identidad junto al esmoquin femenino o el vestido Mondrian, los ha incluido en sus últimas colecciones con su monograma en dorado y cutouts.
Harry Styles, icono millennial en todos los ámbitos, ha hecho lo propio durante su gira y en videoclips como el de As it was. Así que, como él mismo diría, it’s a sign of the times, of all times, por lo que es una prenda perfecta para añadir al fondo de armario.
