Aunque el azul Klein comparte apellido, el color de moda poco tiene que ver con el diseñador estadounidense a pesar de que también lo subió a la pasarela en sus míticas colecciones de los años 90. Este tono se ha escapado de su estación habitual, el verano, para llenar los armarios primaverales de elegancia y color.
Este tono de azul, tiene su origen en Francia, concretamente en el artista Yves Klein, que lo patentó en 1960 tras mezclar el ultramar, el color del turbante de La joven de la perla de Vermeer, con el aglutinante Rhodopas M. Su trabajo se engloba entre las corrientes del neodadaísmo y nuevo realismo y además de por la creación de este color tan potente, también se le conoce por ser uno de los impulsores de la performance gracias a su técnica de la antropometría, que consistía en teñir el cuerpo de una mujer de azul Klein y presionarlo posteriormente contra un lienzo en blanco. Sobre si esto era más o menos feminista en ese contexto podemos hablar otro día, pero sí que parece que al menos la mujer abandonaba el rol pasivo, en la mayoría de los casos, de musa a los ojos del hombre.
El azul Klein lleva llamando a la puerta desde verano, su terreno de juego habitual en la Costa Azul o en las cúpulas de Santorini, pero tras las propuestas que han hecho diseñadores como Giorgio Armani, Schiaparelli o Proenza Schouler, nos queda claro que quiere extender su reinado más allá de los meses de calor.
Este color, pasa a competir y le gana terreno al rosa, que se había erigido como el gran baluarte de los colores vibrantes gracias a la alianza de Valentino y Pantone, las influencias de la tendencia Barbiecore y de los 2000 con títulos como Una rubia muy legal.
Ya sea combinado con otro color fuerte, como el verde Bottega, algún morado o naranja para ocasiones más extra o con los neutros para darle ese punto especial al look, el azul Klein se ha apoderado de las pasarelas, del street style y, muy probablemente, también conquiste tu armario antes de primavera.
