Con la llegada de la primavera, llega la época de las bodas y los estilismos de invitada, y aunque el código de vestimenta para una boda ya es mucho menos estricto que en décadas pasadas, sigue habiendo algunos absolute don'ts en lo que a prendas se refiere. Te los contamos.

1. El blanco y todo lo que se le parezca
Quizás no te sorprenda, pero para evitar recibir miradas furibundas de los demás invitados y de la novia, no deberías ir de blanco a la boda. Evita este color y cualquier tono que se le parezca. Es mejor pecar de previsora y rechazar los tonos crema, marfil, azul muy claro y los grises, así que preferiblemente elige cualquier otro tono del amplísimo círculo cromático-a menos, claro, que la novia lo haya pedido-.
2. Demasiado informal
Aunque el código de vestimenta sea flexible, harás bien en no ir demasiado informal. En una boda, casi siempre es mejor ir demasiado arreglada que mal vestida. Así que no te pongas esa camiseta y sí ese vestido de satén. Puedes llevar pantalones, pero sólo si optas por una versión con más clase: por ejemplo, pantalones con un top elegante. Los monos también son ideales para las bodas.
3. Contra el código de vestimenta
Sí, ir demasiado arreglada es mejor que ir poco arreglada. Pero si el código de vestimenta es cóctel y la boda se celebra en el jardín de la feliz pareja, por favor, no llegues con un vestido de gala hasta el suelo. No irás acorde con el resto de invitados y esto puede hacer que no te sentirás cómoda con él.
4. Grietas y agujeros
Todo el mundo sabe que no se puede ir a una boda con un vestido que se ha quedado enganchado en el tirador de la puerta y que, por tanto, tiene un enorme agujero en la cadera. Pero también es mejor evitar los agujeros y rotos deliberados en la ropa, por muy modernos que sean. Dan una impresión de desgaste, y eso no es lo que quieres. Sin embargo, una abertura bien terminada en el vestido es una buena idea.
5. Mucha purpurina
Todo el mundo conoce la regla número uno en las bodas: no se puede eclipsar a la novia en términos de look. Sin duda, la novia estará impresionante, pero si te cubres de la cabeza a los pies de lentejuelas, a los invitados les resultará difícil apartar la vista de tu atuendo. Así que sé modesta con los brillos y opta más bien por un vestido sutilmente brillante.
6. Escote demasiado pronunciado
Aunque seríamos los últimos en desaconsejarte lucir un escote sexy, en una boda puede que no sea tan buena idea. No vivimos en el siglo XVIII, pero ten en cuenta que el día de la boda las cosas son un poco más familiares. No hace falta llevar un escote anticuado hasta la barbilla, pero mejor guarda ese vestido con escote al puro estilo de Jennifer López para una noche salvaje.
Este artículo se publicó originalmente en Marie Claire Países Bajos. Traducción y adaptación: Lucía Cárceles.