Carolina de Mónaco y el poder de un vestido morado en looks de invitadas a partir de los 50

Una lección de estilo apta para todos los públicos.
carolina de monaco

Además de diversas influencers de más de 50 años a las que siempre seguimos la pista de cerca, uno de nuestros mayores referentes a la hora de vestir a partir de los cincuenta es Carolina de Mónaco. La princesa, un símbolo de elegancia y sofisticación a la altura de su madre, Grace Kelly, es una fuente de inspiración a la hora de vestir tanto para el día a día como para eventos más formales.

Tanto es así que le hemos copiado de todo, desde el vestido camisero que mejor queda a partir de los 50 hasta el perfume que usa Carolina de Mónaco, pasando por sus diferentes trucos de estilo y de belleza. Pues bien, toda nuestra atención está ahora en su último look en la ceremonia de entrega de premios de la Fundación Pierre Casiraghi de Mónaco en la Ópera de Montecarlo. 

Unos premios en los que ha vuelto a demostrar que "menos es más" y en los que su outfit nos ha servido de inspiración a la hora de preparar nuestros looks de invitada de otoño-invierno, sobre todo de cara a quienes tienen más de 50 o 60 años (aunque la lección de estilo es atemporal y podemos aplicarla todas).

Carolina de Mónaco o como el "menos es más" siempre triunfa

Se trata de un look sencillo, en el que la princesa de Mónaco optó por apostar todo al morado -salvo por el detalle del bolso verse para destacar- con vestido y tacones a juego. Una tonalidad muy vibrante, perfecta para cualquier celebración en otoño-invierno, que contrasta a la perfección con el grisáceo del pelo.

Se trata de un vestido del diseñador belga Dries Van Noten que cuesta poco más de 1.000 euros, que no solo le favorece por el color -que también- sino por el detalle del cinturón, que estiliza la figura y la afina visualmente. Para darle un toque de color al look, Carolina de Mónaco ha optado tanto por un lado por un bolso en verde, un clutch satinado de Christian Louboutin que también cuesta como unos 1.000 euros.

Así como por un pequeño broche en la solapa del vestido y unos pendientes a juego. Un acierto total y una demostración más de que el "menos es más" es una frase que no puede ser más cierta.

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