Esta semana, la reina Sofía inauguraba el nuevo centro de diálisis Los Llanos III, de la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo, representado así a la Corona en nombre de su hijo, el rey Felipe VI.
Para dicha ocasión, la emérita se enfundó en una chaqueta de la marca alemana Escada con un patrón de cuadros sobre la que destacaba un broche en forma de rama de olivo cuyo diseño ya habíamos visto en otra ocasión a otra miembro de la realeza.

En concreto, fue la pasada Navidad cuando vimos tal joya, aunque en versión pendiente: Máxima de Holanda los lució en una sesión de fotos navideña con su esposo, el rey Guillermo, y sus hijas en el palacio de Huis ten Bosch, su residencia oficial ubicada en La Haya.
Puede que, a priori, no sorprenda demasiado que doña Sofía luzca dicho broche, pues es es obra de Luz Camino, una destacada joyera española, cuyo trabajo ha sido elogiado internacionalmente; pero sí es más llamativo que hayan llegado hasta Máxima de Holanda.

Sin embargo, las piezas de Luz Camino como las que lucen la reina emérita de España y la de Holanda son ya conocidas mundialmente. De hecho, medios de comunicación de renombre como 'The New York Times' o 'The Telegraph' describen la firma como una figura esencial en el mundo de las joyas que elogia la diversidad de estilos y la maestría técnica de sus creaciones.
Las creaciones originales y artesanales de Luz Camino, producidas exclusivamente en Madrid, han consolidado su posición en la industria de la joyería; y en 2018, recibió el premio Andrea Palladio como mejor diseñadora internacional.
