Tal como señalan las principales revistas del corazón de nuestro país, todo apunta a que el corazón de Sara Carbonero vuelve a estar disponible. La periodista y el músico Nacho Taboada habrían puesto fin a su relación este verano, tras algo más de dos años juntos. Según leemos, ambos mantendrían una bonita amistad y su viaje ha terminado debido a distintas formas de ver la vida, no al fin del amor.
Pese a que Carbonero intenta mantener su vida sentimental en segundo plano, es complejo ser uno de los rostros más conocidos de nuestro país y no estar en el centro del huracán. Desde que liderara la sección de deportes de un reconocido informativo y fuese pareja de Iker Casillas, su nombre es uno delos más populares y eso suscita interés en todos los sentidos de la palabra.
Slowlove, la firma de moda creada por Sara Carbonero e Isabel Jiménez, es uno de los principales proyectos empresariales de la toledana. Temporada tras temporada, nos enamoran con sus diseños de alma boho con un toque actual y versátil. Ser fundadoras de una firma convierte a Carbonero y Jiménez en sus principales embajadoras y no dudan en emplear sus redes sociales para dar a conocer las novedades de su catálogo.
Hace apenas unas horas que Carbonero ha publicado un carrusel de imágenes donde posa con uno de los vestidos de la línea prefall 2024 de Slowlove. En este caso, la periodista se decanta por un modelo largo que destaca gracias a su tejido satinado, su estampado de margaritas y su escote pico con detalle de vivos a contraste. Cómodo, estiloso y con mucha personalidad, este vestido largo combina a la perfección con unos zuecos y lo tiene todo para ser el rey absoluto del complejo entretiempo.
Valorado en 89,99 euros, este vestido acaba de llegar a las filas de Slowlove y está disponible en todas las tallas, de la XS a la XL. Gracias a su corte oversize, estamos ante un vestido con el que ir cómodas las 24 horas del día y que podemos defender tanto para ir a la oficina un viernes como para una cena con amigas, en función de qué accesorios incluyamos en el estilismo.
