Cumpliendo con su aniversario, repasamos los looks de invitada más elegantes de la boda de Máxima de Holanda

Una amiga del colegio, quien conocía personalmente al príncipe, les presentó en la Feria de Abril de Sevilla, concretamente en la caseta del Real Club de Andalucía.
Los mejores looks de la boda de Máxima de Holanda cumpliendo con su aniversario

Hoy, 2 de febrero, se cumplen 19 años de una de las bodas reales que cambió el curso de la historia de Holanda para siempre: la de sus soberanos, el rey Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta Cerruti.

El príncipe de Orange, hijo mayor de la reina Beatriz y el príncipe Klaus, y heredero legítimo al trono holandés, conoció a su esposa en un ambiente festivo y con sabor muy español. Mientras Máxima trabajaba en Nueva York como vicepresidenta de ventas institucionales para América Latina en HSBC James Capel Inc., una amiga del colegio, quien conocía personalmente al príncipe, les presentó en la Feria de Abril de Sevilla, concretamente en la caseta del Real Club de Andalucía (Aero).

Como una película, cuándo se conocieron él no se presentó como príncipe heredero de Holanda y cuando ella se enteró, pensó que se trataba de una broma. Dos semanas más tarde, volvieron a encontrarse en la Gran Manzana y formalizaron su relación. Si bien la reina y toda la corte aceptaron rápidamente el noviazgo, la vida de la princesa de Holanda se convirtió en una cuestión de Estado.

La tradición del patinaje sobre hielo en Holanda se remonta al siglo XVI, cuando se convirtió en un modo de recorrer los canales de la ciudad y acortar distancias en los meses más fríos del año. Guillermo, como buen holandés, dominaba este deporte a la perfección y propuso matrimonio a Máxima sobre dos patines en un estanque helado de Ámsterdam. Se declaró en inglés, "para asegurarse de que lo entendiera". Máxima se sorprendió pero respondió directamente con un "sí".

Según la ley holandesa, el matrimonio tenía que pasar primero por una ceremonia civil. Al acto asistieron amigos y familiares de la familia, políticos y dignatarios. Fue oficiada por Job Cohen, alcalde de Amsterdam , en el Beurs van Berlage.

Después del servicio civil, llegó la ceremonia religiosa. Los novios se citaron en la Nederlandse Hervormde Kerk, NHK de Ámsterdam, donde se dieron el "sí, quiero" ante la mirada atenta de más de 800 invitados.

Con motivo de su aniversario de bodas, repasamos los looks más destacados de un evento que marcó un antes y un después en la historia de los Orange- Nassau:

Máxima Zorreguieta

La novia lució un vestido confeccionado en seda de color marfil con cuello vuelto, manga tres cuartos y una cola de cinco metros diseñada y creada por Valentino.

La falda estaba embellecida con encaje y se ensanchaba ligeramente desde un corpiño de línea imperio ajustado. Su velo, también una creación de Valentino, era de tul de seda y estaba bordado a mano con motivos de flores y zarcillos. El joyero de la corte adaptó la tiara de perlas holandesa intercambiando los botones de perlas por cinco estrellas de diamantes que pertenecieron a la reina Emma.

Beatriz de Holanda

Beatriz de Holanda acertó con la elección de este tono berenjena con un abrigo de corte midi de inspiración oriental.

Sofía de Grecia

El entonces príncipe de Asturias acompañó a su madre al enlace. La reina Sofía se engalanó con un traje de chaqueta con falda en color champán con encaje blanco.

Ana María de Grecia

Ana María de Grecia se decantó por un vestido largo de tafetán rosa y blanco con doble falda y ajustado a la cintura con un fajín del que asoma una gran flor al tono. En cuanto al corpiño, este estaba bordado con cristales en un resultado de lo más favorecedor.

Margarita de Dinamarca

La reina Margarita, quien tiene un gusto un tanto particular, se engalanó con un abrigo largo en gris con cuello y puños adornados con piel de zorro.

Noor de Jordania

Acompañada del príncipe Carlos de Inglaterra, la reina Noor de Jordania se engalanó con un elegante traje de chaqueta turquesa.

Victoria de Suecia

Victoria de Suecia fue una de las invitadas mejor vestidas de la boda con un traje de chaqueta confeccionado en marrón chocolate.

Carolina de Mónaco

Como no podía ser de otra manera, Carolina de Mónaco apostó por su firma de cabecera, Chanel. La princesa se enfundó un conjunto compuesto por un abrigo y un vestido de tweed en rosa empolvado a juego con los clásicos salones bicolor de la maison.

Sofía de Wessex

La mujer del príncipe Eduardo se saltó la norma de que no se debe llevar blanco sin el permiso explícito de quien se casa. La condesa de Wessex se enfundó un abrigo largo que combinó con un vestido rosa pastel y salones nude.

Mette Marit, princesa de Noruega

Mette Marit también se saltó la norma escrita sobre vestir de blanco en una boda con un elegante (pero no acertado) abrigo largo con botones joya, que combinó con un vestido largo negro y salones destalonados al tono.

Gabrielle von Thyssen

Gabrielle von Thyssen se decantó por un estilismo clásico compuesto por un conjunto de traje de chaqueta con falda en gris jaspeado, que combinó con una estola de zorro y un bolso de mano en piel de avestruz al tono.

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