La última emisión del programa de Antena 3, El Hormiguero, estuvo protagonizada por dos de las actrices más admiradas del panorama español: Cayetana Guillén Cuervo y Macarena Gómez. Invitadas para hablar de su participación en el proyecto The Silver Credit, ambas actrices no solo cautivaron con su mensaje a favor de un cine más inclusivo para mujeres mayores de 50 años, sino también con sus elecciones estilísticas, que no pasaron desapercibidas.
Sus looks, aunque cromáticamente coordinados en una elegante paleta de blanco, negro y azul navy, dejaron en evidencia sus personalidades opuestas y su capacidad para llevar las tendencias de manera única. Desde el estilo masculino y estructurado de Cayetana hasta la atrevida reinterpretación de la estética gánster de Macarena, ambas lograron dar una lección de moda en televisión.
Cayetana Guillén Cuervo: elegancia masculina con un toque clásico
Cayetana optó por un conjunto que hacía un guiño claro a la estética masculina, tan en boga esta temporada. Su elección, compuesta por una camisa blanca sin mangas y un pantalón sastre negro de corte recto, destacó por su simplicidad sofisticada. La parte superior, con cuello de solapas y cierre de botones, adquirió un aire distintivo gracias a una corbata negra, un accesorio que está marcando tendencia tanto en las pasarelas, como entre las más elegantes del momento.

Por su parte, el pantalón de talle alto y con caída fluida aportaba equilibrio al look, mientras que los zapatos de salón negros añadían un toque clásico. Este conjunto no solo reflejó la confianza y madurez estilística de la actriz, sino que también demostró cómo los cortes minimalistas y los accesorios clave pueden transformar un atuendo en un manifiesto de poder.
Macarena Gómez: inspiración gánster con un giro atrevido
Por su parte, Macarena Gómez apostó por un estilo mucho más audaz y teatral, en línea con su conocida inclinación por la originalidad. La actriz llevó un conjunto de dos piezas confeccionado en un tejido de raya diplomática detalles en beige, una clara referencia a los trajes de inspiración gánster de los años 30.

Lo que realmente llamó la atención fue el diseño de las prendas. La americana, de corte cropped por delante y más larga en la parte trasera, emulaba la silueta de una levita, trasladándonos momentáneamente al pasado. Además, su cierre lateral cruzado y su cuello amplio demostraron que los detalles pueden marcar la diferencia, elevando la pieza a una categoría superior.
Como acompañante, la actriz eligió una minifalda de tablas que rompía con las proporciones tradicionales de los trajes de raya diplomática. Este toque juvenil y femenino contrastaba con la sobriedad del estampado, creando un equilibrio perfecto entre lo clásico y lo moderno. La camisa blanca con cuello decorado con un volante añadió un aire romántico al conjunto, mientras que los botines de ante en color camel contrastaron con un toque relajado.
El poder del blanco y negro
El blanco y negro, la combinación más atemporal y sofisticada, tiene un poder innegable en la moda. Esta dupla de colores, que ha dominado pasarelas y calles durante décadas, nunca colgará la etiqueta de pasado de moda y es el mejor sinónimo de elegancia, simplicidad y versatilidad.

Ambas elecciones cromáticas de las actrices, se basaron básicamente en esta combinación, subrayando la atemporalidad y elegancia de los conjuntos que escogieron. Este contraste entre la claridad y la profundidad no solo potencia la elegancia de los looks, sino que refuerza la idea de que los básicos bien ejecutados siempre triunfan.