De las historias de amor nacen grandes proyectos. Que sino se lo digan a Gregorio y su Victoria. En 1915, la pareja idea una zapatilla tan cómoda como sencilla que revolucionaría el mundo del sneakers. Con tres bandas, de corte inglés, lona y elástico... la Victoria deja huella. Y su evolución es imparable. De manera que a todas nos surgen recuerdos de adolescencia: tiempos en los que no había una acera que no pisara una Victoria.
Esta pasión se resiente al entrar en sus nuevas instalaciones. En Arnedo, a escasos kilómetros de Logroño, se ubican sus cinco centros de fabricación y sobre todo sus instalaciones, un espacio gigante de más de 7.500 mil metros cuadrados en el que caben las nuevas colecciones, fábricas, espacios de diseño... todo ello en un espacio ergonómico y ecológico, donde sus empleados hacen sus propias pruebas de resistencia de las zapatillas. Y donde se percibe un reconocible y distinguido olor a fresa. ¿Te suena? A raíz de la escasez de caucho en aquella época, se fabricaron suelas con material reciclado cuyo olor era muy fuerte. Fue cuando surgió la idea de camuflarlo con el perfume de fruta, que desde entonces se siguió usando. "En 1950 por la crisis no había caucho, entonces lo que se considera pionero, era instinto de supervivencia", nos recordaron desde la marca.
La sostenibilidad (y lo local) como motor


Con 100 paneles fotovoltaicos, materiales de construcción de origen natural y una conexión con un sistema de gestión centralizada y una estación meteorológica que regula el nivel de CO2... su nuevo espacio demuestra un compromiso con el medioambiente que no es tan reciente. Victoria empezó a fabricar sus zapatos de algodón orgánico mucho antes que otras firmas. Y pretende ir aún más allá con el proyecto Dear World que engloba todas sus actividades sostenibles, entre ellos el compromiso No Trace, que se basa en el reciclaje de neumáticos para la fabricación de sus suelas.
Con el foco puesto en la sostenibilidad, la firma made in Spain cree profundamente en el poder local, y reafirma su objetivo de reducir la huella de carbono: el 86% de sus productos se realiza en España (el resto en China), de ellos un 70% en La Rioja. Tiene presencia en 54 países y no descarta seguir ampliando su alcance, tal y como nos lo comentó Ana Pérez, responsable del área internacional.
Una historia centenaria


La pasión de Victoria se plasma también en el museo de su sede: recordamos colaboraciones emblemáticas como la de Mahou, Javier Amena e incluso Calzedonia, que se sumaron a proyectos como el de su centenario, en el que celebraron por todo lo alto el amor (punto de inicio de la marca). Algunos de sus diseños llegaron incluso a las pasarelas, como los de Leandro Cano. ¿Y su fabricación? Quel cuenta con uno de los centros de fabricación tradicionales. Tal y como nos lo explicó Jesús González, jefe de producción: "se pueden fabricar entre 40 y 50 pares por hora". Una técnica que también se enmarca en esta pasión por la artesanía: en la fábrica de Quel, se fabrican, retocan y empaquetan a mano todos los pares, garantizando un savoir faire, fiel a la historia.¿Victoria, eterna? Liborio Sevilla, su CEO y recientemente nombrado presidente de la Asociación de Industrias del Calzado y Conexas de La Rioja (AICCOR), y su director gerente, Javier Garrido, nos recordaron: "Victoria forma parte de la historia de España, tiene más de 100 años, generaciones y generaciones lo ha llevado a sus pies. Nuestras consumidoras de 17 las llevaron desde niñas, pero sus madres con bebés también las han usado, está en el legado nacional."
¿Victoria, eterna? Liborio Sevilla, su CEO y recientemente nombrado presidente de la Asociación de Industrias del Calzado y Conexas de La Rioja (AICCOR), y su director gerente, Javier Garrido, nos recordaron: "Victoria forma parte de la historia de España, tiene más de 100 años, generaciones y generaciones lo ha llevado a sus pies. Nuestras consumidoras de 17 las llevaron desde niñas, pero sus madres con bebés también las han usado, está en el legado nacional."