Seguro que nunca te has parado a pensarlo, pero puede que realmente nuestra suerte no sea cuestión de suerte sino más bien el resultado de lo que nosotros mismos hacemos y elegimos, sí, NOSOTROS MISMOS.
Ya fue Laura Norton, con su libro 'No culpes al Karma de lo que te pasa por gilipollas'(recientemente a daptado a la gran pantalla), la que nos iba dando alguna que otra pista sobre ese tema que tanto nos preocupa pero que ni nosotros mismos somos conscientes de lo que realmente significa.
Llamamos suerte a ese concepto que se traduce como "la fuerza (¿del universo?) que hace que los hechos o circunstancias se desarrollen de una manera u otra" -claro que todo esto según Google- pero el problema es que llevamos mucho tiempo culpando al azar de todas aquellas cosas que nos pasan "de una manera u otra", simplemente porque nos tienen que pasar así, porque en un momento determinado hemos tomado una decisión y el resultado es, muchas veces, lo que nosotras traducimos en mala suerte.
Levantarte un día 5 minutitos más tarde, perder el metro en tu cara, y automáticamente soltar por la boca ese "qué mala suerte tengo", pues no, no es mala suerte es una cuestión de tiempo. Si te hubieses levantado a tu hora habrías cogido el metro de siempre. Otra cuestión es el típico "qué buena suerte tiene, ha hecho la entrevista y le han cogido en el trabajo de sus sueños". Seamos sinceros, no es buena suerte es esfuerzo, lo más probable es que hayan cogido a esa persona porque ha trabajo para ello.
En la película de "Devuélveme mi suerte", Lindsay Lohan muestra cómo todo lo que hacemos y nos pasa está determinado por un destino que quiere que pase así simplemente porque está escrito pero, ¿de verdad lo está? y si es así, podemos ser rebeldes y desafiar a eso que se supone que tiene que pasar o ¿no?
Es hora de dejar de pensar en tonterías, y ponernos manos a la obra en el asunto. Nuestra suerte depende de nosotros. Por eso te voy a dar unas cuantas pistas de cómo puedes hacer que tu perspectiva sobre la vida y todo lo que te pasa, empiece a cambiar un poquito.
Ya no vas a volver a culpar a la suerte de lo que te pasa por…
Estudia, fórmate y prepárate
Si queremos hacer algo tendremos que estar preparados para ello ¿no?

Cambia tu forma de actuar y pensar
Si vemos que algo no funciona, tendremos que cambiar la forma de actuar, y muchas veces pensar.

Ayuda y deja que te ayuden
Tu recibes lo que das, y si ayudas a la gente ellos luego te recompensarán de una manera u otra.

Reconoce lo bueno y lo malo
Sé crítico contigo mismo. Si algo no ha salido del todo bien, reconócelo porque así podrás mejorarlo.

Aléjate de personas pesimistas
No necesitamos a personas en nuestras vidas que nos estén diciendo el mal día que hace o la pereza que da ir a trabajar, rodéate de las que te aporten el optimismo que necesitas.

Piensa en positivo
Si tú eres positivo y ves la vida de una manera optimista, automáticamente las cosas te empezarán a salir mejor. Actitud.

Sal de tu zona de confort
Lánzate a descubrir, porque la vida son retos, no podemos estar siempre en nuestra zona de confort.

Aprovecha las opotunidades
Sin duda alguna atrévete, y aprovecha todas todas las oportunidades, porque a lo mejor solo pasan una vez.

Confía en ti mismo
La confianza es esencial, tampoco hay que pecar de arrogancia, pero debes estar segura de ti misma.

Persigue tus sueños
Si te propones algo, hazlo hasta que llegues a la meta.

Fíjate metas y objetivos
Es importante marcarte objetivos alcanzables y no saltarse escalones en el ascenso a lo que realmente quieres. Sigue un camino firme, los atajos salen caros.

Rodéate de personas que te apoyen
La seguridad en ti misma está muy bien, pero también necesitamos a personas que nos apoyen en lo que hagamos (y que sean sinceros, si ven que no va a funcionar).

Busca alternativas
Si algo no funciona "a otra cosa mariposa", no pasa nada, la vida sigue.

Dedica tiempo a lo que hagas
Tiempo, mucho tiempo. Las cosas no vienen de un día para otro.

Actúa con inteligencia
Piensa, piensa y vuelve a pensar. Las cosas nos van a salir bien si actuamos con inteligencia.
