"Las mujeres aportan un valor único a los equipos de trabajo" es el mensaje que nos sobrevuela constantemente mientras abandonamos las instalaciones del Instituto de Salud Carlos III, tras mantener los 20 minutos más interesantes y empoderadores de toda mi carrera. Tengo la oportunidad de sentarme con una mujer que todo lo quiere, todo lo puede y todo lo consigue. Con trabajo, esfuerzo y con esa voluntad de hierro que tienen las mujeres que quieren romper con los establecido "socio - culturalmente hablando".
Salimos de la torre de cristal donde frenéticamente tecleamos noticias para descubrir qué está sucediendo con las mujeres en el ámbito sanitario. ¿Cómo puede ser que las aulas de medicina estén atestadas de mujeres y los puestos directivos de los hospitales copados por hombres? Algo está pasando y no nos vamos a quedar de brazos cruzados.
Para conseguir crecer y romper el techo de cristal de la ciencia nos sentamos en el despacho de Raquel Yotti, Directora del Instituto de Salud Carlos III, para que nos explique cómo podemos transformar ese "Mamá quiero ser médico" y convertirlo en un "mamá quiero ser jefe de servicio de cardiología". Porque entre querer y poder... cada día hay menos obstáculos. Eso sí, mientras los halla, y la sociedad no abra sus miras en aras a una igualdad y beneficio mutuo, aquí perdemos todos. Está demostrado que "incluyendo a mujeres se gana competitividad en el mercado"-.
¿Cómo de grueso es el techo de cristal en la ciencia? ¿Cómo podemos romperlo?
"Tocar el techo con las manos ya es complicado; romperlo va a llevar todavía tiempo", apunta Raquel Yotti desde su despacho en el Instituto de Salud Carlos III.
La Medicina, la Farmacia y, por supuesto, la Enfermería, son profesiones muy feminizadas. ¿Por qué no la Ciencia?
Explica Yotti "es una realidad que las profesiones sanitarias están dominadas en números por las mujeres, y también que es muy difícil dentro de ellas compaginar la asistencia, que es a lo que están dirigidas, con una carrera científica. Esto es difícil para hombres y para mujeres tiene dificultades adicionales. Creo que es uno de los elementos que hace que las que se dedican a las profesiones sanitarias no sean capaces de dar ese paso que requiere hacer una carrera científica".
The Lancet ha abordado la infra-representación de mujeres en puestos directivos en sanidad. Le preguntamos a Raquel Yotti ¿qué barreras bloquean los procesos en nuestro país y qué agentes facilitadores cabría introducir?
"La visibilización, de nuevo, de todas las mujeres que de forma anónima están trabajando con altísimo desempeño profesional. Creo que, incluso cuando se intenta de forma consciente pensar en el nombre de una mujer para ocupar un puesto directivo, al no estar previamente visibilizado el valor profesional del trabajo de las mujeres, es difícil que aparezca un nombre encima de la mesa".
Llama la atención que en el campo de la investigación pre-doctoral el 50% sean mujeres, pero que ese porcentaje baje al 20 por ciento en personal investigador. Algo ocurre entre una y otra etapa. ¿Qué es?
"Es un análisis complejo. Hay dificultades inherentes a la investigación. Es una actividad muy exigente, en tiempo, en evaluación continua. Las mujeres pueden hacerlo, pero hay veces que no encuentran, ni en la parte más íntima ni en la más social, el sustento necesario. Otras veces son las propias mujeres las que no se ven capaces de dar el paso. Pero quiero lanzar un mensaje positivo. Creo que estamos avanzando. Hemos analizado los datos de la AES 2013-2017 y hemos visto que el número de investigadoras principales está incrementándose. Además, por primera vez, en 2018 el porcentaje de éxito es igual al de los varones o un poco mejor".

"La perspectiva de una mujer es distinta y estamos perdiendo riqueza. Se ha demostrado que incluyendo a mujeres se gana competitividad en el mercado. Es algo que no estamos haciendo por ellas —que también— sino que es algo que necesita la empresa. Si esto lo trasladamos a nivel social, es algo que necesita la sociedad: el tener las dos miradas".
1. "A nivel individual, reconocer que la maternidad es una responsabilidad colectiva dentro de la pareja y de la familia".
2. "A nivel colectivo, sin duda, se debe favorecer con medidas de conciliación para los padres y para las madres".
3. "Falta visibilizar los referentes. Tenemos en este momento científicas que son verdaderos referentes. Y a lo largo de la historia son pocas las que conocemos porque se han enterrado sus nombres; hay que hacer que resurjan".
4. Se precisa un cambio cultural y de mentalidad. "Que una mujer no se presente a las categorías superiores, cuando un hombre con el mismo currículo sí lo hace, es algo cultural". Estamos mejorando pero para potenciarlo quizá habría que hablar de "cómo evalúan las instituciones las peticiones que reciben. Existen mecanismos de ponderación, y no hablo de cuotas, sino de evitar que se realice una autocategorización".
5. El mentoring como vía de apoyo a mujeres. "En España, al menos en el ámbito sanitario, en el que hay tantas mujeres, están creándose verdaderas redes —más allá del mentoring de tú a tú—, que están haciendo que mujeres se vean capaces. Mujeres que ya lo eran. Pero no lo sabían".
6. La educación temprana "no ya en las universidades, sino en las escuelas; y no solo por parte de los profesores y de aquellos con actividades institucionales, sino por parte de las familias".
7. Demostrar que sí existen posibilidades para las mujeres: "Mostrar que es posible y que los techos se pueden romper, y explicar que es algo que no debe ser una tarea de las mujeres, sino de la sociedad en su conjunto, que es la que va a ganar con la igualdad y con el reconocimiento de la diferencia".