Si de pequeñas nos hubiesen explicado lo mucho que íbamos a seguir re-leyendo a Mafalda cuando fuéramos mayores seguramente no lo habríamos acabado de entender demasiado bien. Y es que este personaje de viñetas creado por el humorista argentino Quino hace más de 50 años es mucho más que un dibujo de cómic, habiendo alcanzado más bien la categoría de símbolo no solo para una, sino para varias generaciones.
Armada de humor e ironía a partes iguales, la pequeña Mafalda de 6 años se convirtió en un reflejo de la sociedad con viñetas que por suerte o por desgracia siguen vigentes a día de hoy. Hay de todo en el mundo de Mafalda, desde toques de feminismo -aquí te dejamos las mejores frases feministas de Mafalda- hasta reflexiones sobre el amor y la amistad.
Y es que las viñetas son, en esencia, un espejo donde nos podemos mirar y vernos reflejados tanto en lo bueno como en lo malo, con problemáticas que por desgracia aún siguen vigentes a día de hoy. Una de las cuales es la autoestima, un concepto que la pequeña de 6 años trata en sus viñetas de forma tanto superficial como más en detalle. Con frases que a día de hoy puede venirnos bien releer para mejorar nuestra relación con nosotras mismas o reflexionar sobre ella. Estas son las mejores que hemos recopilado:
Las mejores reflexiones de Mafalda sobre la autoestima
- No envejeces cuando se arruga la piel, sino cuando se arrugan los sueños y esperanzas.
- Sería lindo despertar un día y encontrarse con que la vida de uno, depende de uno.
- ¿Qué importan los años? Lo que realmente importa es comprobar que a fin de cuentas la mejor edad de la vida es estar vivo.
- Comprensión y respeto; eso es lo importante para convivir con los demás. Y, sobre todo, ¿sabes qué? No creer que uno es mejor que nadie.
- Yo no envejezco, me hago vintage.
- Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad.
- Cuando no sepas que ponerte, ponte feliz. La felicidad combina con todo.
- Yo diría que nos pusiéramos todos contentos sin preguntar por qué.
- Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante.
- ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!
- Lo ideal sería tener el corazón en la cabeza y el cerebro en el pecho. Así pensaríamos con amor y amaríamos con sabiduría.
- De vez en cuando conviene sacar a pasear un poco el instinto.
