Mercedes Milá es una de las presentadoras más respetadas en televisión por su experiencia y porque no tiene pelos en la lengua para hablar de cualquier tema que le propongan. 33 años después de su último programa en RTVE, la barcelonesa vuelve a Televisión Española para ponerse al frente de No sé de qué me hablas.
El extenso archivo de la cadena con las entrevistas históricas de Milá es el hilo conductor del programa y su objetivo es doble: explicarle a la gente joven cómo era el pasado de nuestro país y entender cómo es el presente a través de entrevistas y conversaciones espontáneas con ellos.
Imágenes de Camilo José Cela, Francisco Umbral o Lola Flores harán dudar al público en el plató, ya que no saben quiénes son y la presentadora se lo explicará.
Además, los jóvenes también le informarán de sus actuales referentes en el mundo de la música o la cultura, totalmente desconocidos para la conductora del programa. Para ayudarla estará Inés Hernand, colaboradora del formato (producido por Zanskar Producciones), que le dará esa visión más actual al programa para que, entre todos, aprender del pasado y del presente.

¿Qué quieres que sientan los espectadores con este programa?
Qué lo sigan, que les interese, que les divierta, que les enseñe algo porque vamos a explicar cosas que muchas personas no saben.
Por ejemplo, a mí me van a dar muchas lecciones, comenzando por Inés Hernand y terminando por muchos del público, porque abrimos los micrófonos, están puestos en el techo del plató, para que todo el mundo pueda hablar y no tenga que pasarse el micro, que es una cosa que yo aprendí en Queremos saber en Antena 3.
Entonces, a lo que aspiro y a lo que sueño, lo que deseo, es que lo pasen suficientemente bien como para pensar la semana siguiente en volver a vernos.
¿Qué has aprendido en lo que llevas grabado?
No mucho, tengo que decir, o sea, es un tipo de televisión que coge de aquí y allá y, por lo tanto, ya lo he hecho en cierto modo, he estado en un plató teniendo entrevistas, he aprendido que es muy difícil trabajar sin una mesa delante.
Es muy complicado, porque yo en esa mesa siempre tuve un guion, hecho por mí, pero un guion, y ahora no tengo nada, o sea, voy a pelo, por completo.
¿Cómo surgió la idea de hacer un programa así?
Porque un día mi sobrina Marina me preguntó que quién era Lola Flores. Me quedé muy sorprendida porque no entiendo que les enseñan en los colegios...
Le dije que era una persona muy importante en nuestra historia, pero que no se lo iba a contar, que lo mirara en internet. Le conté la idea a la productora, les gustó, y luego la hemos ido enriqueciendo.
Para mí era imprescindible que hubiera gente joven para que se quedaran absortos ante imágenes de entrevistas que yo había hecho y que muchos de ellos no sabían quién eran los personajes que aparecían.

Pero el público joven también te sorprende con personajes actuales que ellos conocen y tú no.
Inés me ayuda mucho en ese tema porque ella sí los conoce. Es muy interesante porque en ese momento, la gente joven que está aquí, inmediatamente conecta y sabe que estás hablando de algo que es suyo frente a lo que es mío.
Deberíamos reconocer que hay muchas cosas interesantes que no sabemos, sea de un lado o del otro. Es posible unir esas dos generaciones en el programa. Pero a los jóvenes hay que pedirles que hablen.
Si eso lo unes con los invitados que tenemos en el centro, tratando de ponernos de acuerdo en cómo han cambiado las cosas, el resultado será bueno. Aquí hay una cosa muy importante y es que escuchamos lo que se habla, que estoy harta de ir a platos donde no se oye nada.
¿Conocías a Inés Hernand antes de trabajar con ella en este programa?
¡Qué va! Es la bomba, es un filón. Yo era mucho menos brillante que ella a su edad. Aparte de que yo venía de una dictadura donde a nosotros nos censuraban hasta las pestañas.
Entonces, cuando empecé a trabajar en Televisión Española con Isabel Tenaye, solo reproducíamos un guion. A mí me parece que esta vitalidad que tiene, esa creatividad, es que esta tía no para, yo no era así.
Yo podría ser una descarada, podría ser muy trabajadora, pero no tenía esta capacidad de brillantez que tiene ella. Estoy feliz de compartir programa con Inés.
¿Sientes presión por las audiencias?
Lo voy a vivir mal porque vengo de Movistar Plus+, donde he estado cuatro años en paz, haciendo lo que queríamos hacer, cada segundo, sin mirar si eso lo iban a ver o no lo iban a ver.
Parece ser que no ha ido mal porque, si no, no nos hubieran contratado cuatro años. Pero no tiene nada que ver con la audiencia en abierto, con el capricho de la gente que en casa, que pone o no pone, que yo respeto eso.

Para mí el mando a distancia es sagrado y me parece el gran signo del resultado de nuestro trabajo. Es que no puedo comprender a las personas que dicen que la audiencia les da igual.
El negocio de televisión se basa, fundamentalmente, en el mando a distancia. O sea, que es así, no hay más, no hay más tu tía, la audiencia es el modo en que todos, unos y otros, sabemos si lo que hemos hecho les ha gustado o no.
¿Tienes más proyectos en el horizonte?
De momento, ya tengo bastante con este No sé de qué me hablas. Eso es como cuando una mujer que acaba de parir le dices si ha pensado en tener gemelos...
