La llegada de Demet Özdemir a las pantallas españolas marcó un hito con la serie Erkençi Kus. Su interpretación del personaje Sanem dejó una huella indeleble en la memoria de muchos espectadores, consolidándose como uno de sus roles más queridos. Sin embargo, la trayectoria de Demet Özdemir va más allá de este éxito inicial. A lo largo de su carrera, ha demostrado su versatilidad y talento, haciéndose un lugar destacado en el mundo de la actuación.
Una de las producciones más memorables de Özdemir es la serie de época Kurt Seyit y Sura. Aunque su papel no es protagónico, su actuación brilla con luz propia. Ambientada entre 1915 y 1923, la serie narra la apasionante historia de amor entre el teniente Kurt Seyit Eminof, interpretado por Kivanç Tatlitug, y Alexandra Verjenskaya, conocida como Sura, interpretada por Farah Zeynep Abdullah. Esta novela, que cuenta con dos temporadas y se estrenó en 2014, no solo aborda un tema complejo y polémico, sino que también destaca por su ambiciosa producción. Sus escenarios transportan a los espectadores a los paisajes de San Petersburgo, la península de Crimea e Estambul.
Demet Özdemir en el San Petersburgo de la época zarista
Kurt Seyit Eminof es un teniente destacado del Ejército del zar Nicolás II, el último de la dinastía Romanov. A pesar de su nacimiento en Alushta, Crimea, y su procedencia de una familia tártara de origen turco, Seyit muestra una lealtad inquebrantable hacia Rusia. En medio de la revolución, un amigo de Seyit se une a los bolcheviques, no por convicción, sino por oportunismo.

Durante uno de sus regresos desde el frente en la Primera Guerra Mundial, Seyit conoce a la hermosa Alexandra Verjenskaya. Sura es la menor de las hijas de una familia noble de Kislovodsk, en el sur de Rusia. Su familia ha viajado a San Petersburgo para su presentación formal en sociedad, cumpliendo con las tradiciones nobles de la época. En un baile elegante, una sola mirada es suficiente para que Seyit y Sura se enamoren perdidamente. Las nobles, vestidas con joyas y trajes exóticos, disfrutan de banquetes en majestuosos palacios. Aunque ya se escuchan rumores sobre disturbios y saqueos en algunas ciudades, esos eventos no logran perturbar la atmósfera mágica de los cuentos de hadas en las fiestas de la alta sociedad rusa.