Victoria Federica de Marichalar y Borbón se ha confirmado ya como uno de los grandes fenómenos mediáticos de los últimos tiempos. Nacida en el año 2.000, en pleno cambio de siglo, esta joven nunca ha escondido sus archiconocidas e ineludibles raíces familiares, pero tiene claro que quiere desarrollar su camino en solitario. Eso pasa por no vivir de apellidos y empezar a labrarse su futuro profesional. Y así se encuentra en tercer curso de Marketing y Comunicación en un prestigioso centro universitario norteamericano con sede en Madrid.
La hija de la infanta Elena es perfectamente consciente de que su figura genera mucho interés así como de que tiene una gran visibilidad. Lo acepta con naturalidad aunque en cada una de sus apariciones se aprecia que no está cómoda con toda la repercusión que genera su sola presencia. Desde que cumpliera 18 años y abriera sus redes, su popularidad se disparó. Algo que no pasó desapercibido para varias marcas que querían contar con ella como reclamo. Y así, poco a poco, ha ido haciéndose hueco como influencer.

La cara b de la fama son ciertas animadversiones y el exceso de exposición. En el caso de Victoria Federica se ve en que se convierte en centro de todas las miradas allá por donde pisa. Eso hace que se repare en todo tipo de detalles suyos como su aspecto físico. Hablamos de aquellos titulares en medios de comunicación que analizan el cambio facial que ha experimentado. Los retoques estéticos son una herramienta que está a la orden del día, sobre todo en el núcleo de celebs que buscan una mejora de su cara.
Victoria Federica ha querido dar un nuevo aire a su aspecto y, según algunos expertos en medicina estética como la doctora Victoria Trasmonte, la nieta del rey emérito se ha “perfilado la nariz, elevándosela”. Esto se aprecia muy bien en las fotos enfrentadas con un espacio de tiempo importante entre ellas. No ha sido el único retoque. También se habría cambiado la "cola de las cejas, inyectado labios y se ha puesto pómulos", comentó la subdirectora de Es la mañana de Federico, Isabel González.
Antes
El maquillaje también ayuda a generar el efecto deseado por Vicmabor, como se hace llamar en redes: "El cambio en las tonalidades del maquillaje (un ojo mejor delineado, la ceja con una forma menos recta, el colorete más irisado y los labios más rojos) le favorecen, también la iluminación es un punto a favor", apunta Trasmonte.

Una marcada evolución
La doctora consultada por medios como Informalia o Libertad Digital valora positivamente los retoques estéticos que ha llevado a cabo: “El realce de puntos de luz o de la belleza: comparando diferentes fotos aparenta mayor proyección de pómulo, un surco nasogeniano menos marcado y la punta de la nariz algo más elevada. Son cambios poco evidentes pero que suavizan sus rasgos manteniendo mayor armonía”, concluye.

Retoques
Además, su mandíbula también ha cambiado considerable porque “el ángulo también lo tiene mejor". No falta tampoco la inyección de bótox en pómulos y labios, para darles una mejor apariencia.

Juega con su melena
En los últimos años ha cambiado notablemente su estilo, adaptándolo a las nuevas tendencias pero siempre conservando su esencia. Su constitución alta y fina le da una planta imponente y una buena percha, pero bien es cierto que ella pone el resto con la elección de sus estilismos

De casta le viene al galgo
Tiene buen gusto por la moda y por si fuera poco está bien asesorada. Hay que recordar que su padre es un hombre con influencia en el mundo fashion y que durante tiempo ha ejercido como consejero de muchas marcas, como Loewe. Precisamente, hace algunas semanas veíamos a padre e hija acudir a la Paris Fashion Week, derrochando tendencias y elegancia con sus outfits.

En la actualidad
Victoria Federica sigue quemando etapas en su carrera como influencer, una vez que ya se ha confirmado como perfecta abanderada de la jet set madrileña. Así lo ha dejado claro en sus últimos compromisos, como la presentación del nuevo cartel de Las Ventas para la temporada taurina.
