Mette-Marit Tjessem Høiby cumple 49 años este viernes convertida en la princesa heredera de Noruega. Gracias a su matrimonio con Haakon ha conseguido llevar su vida por un camino que pocos recorren y ha conseguido el título de Su Alteza Real. Un proceso que no ha sido ni mucho de vino y rosas ya que tuvo que afrontar las durísimas críticas por ser plebeya y conquistar el corazón de un príncipe. Una injusticia muy extendida en el romancero royal pero que a fin de cuentas tuvo que afrontar, pero su sentimiento sirvió como acicate para superar las vicisitudes.
Fue el 19 de agosto de 1973 en Kristiansand, fruto del matrimonio entre Sven Olaf Bjarne Høiby, periodista de profesión, y Marit Tjessem, cuando Mette Marit vino al mundo. Su infancia fue de todo menos dulce porque su padre sufría alcoholismo y asistió a la separación de sus progenitores cuando tan solo tenía 11 años. Se matriculó de Filosofía en la escuela privada de Bjørknes de Oslo y se examinó en químicas e IKT en la Escuela Superior de Agder, estudios que se pudo pagar estudiando como camarera. Su juventud transcurrió con quizá demasiadas salidas nocturnas y algún que otro coqueteo con las drogas. En 1997 tuvo a su primer hijo, Marius Borg, fruto de su romance con Morten Borg, que fue condenado por traficar con cocaína.
Todo cambió cuando apareció en su vida el príncipe noruego, a quien conoció en un festival de música rock. Se enamoraron perdidamente y dieron rienda suelta a su pasión. En ciertos sectores de Noruega y cercanos a palacio no estaba demasiado bien visto que el hijo de Harald V saliera con una plebeya con un paso un tanto oscuro, además de madre soltera. No les importó en absoluto y se marcharon a vivir juntos, también con el primogénito de la hoy princesa. Cuando anunciaron su compromiso les llovieron las críticas y así reflexionaba Mette-Marit sobre ello unos años después: "Yo estaba en un ambiente donde se rompen muchos esquemas y, la verdad, lo siento. Tuve experiencias por las que pagué muy caro. Para que no haya dudas sobre mi posición hoy, me gustaría aprovechar esta oportunidad para condenar las drogas, pero por mucho que quiera, no puedo recuperar ni cambiar el pasado".
Afortunadamente, con su carisma y entrega a la corona, logró revertir la opinión del pueblo y actualmente es muy querida por casi toda Noruega. Sin embargo, su vida está condicionada por la fibrosis pulmonar que le diagnosticaron en 2018 y que por momentos le produce baches de salud.
Un noviazgo intranquilo
Haakon y Mette-Marit cruzaron sus caminos a finales de los 90, a través de amigos en común, en el Festival Quart de música rock. Años después se reencontrarían en el mismo escenario y ahí surgió el amor.

La pedida de mano
El 1 de diciembre de 2000, la Casa Real Noruega hizo público el compromiso y se desató una fuerte polémica, auspiciada por quienes no aprobaban el matrimonio del príncipe heredero con una plebeya.

Seguros de su amor
Sufrieron muchas críticas por el pasado de la princesa, un tanto agitado a nivel personal. Tanto fue así que Haakon tuvo que pedir comprensión cuando se comprometió con ella.

Su gran día
El 25 de agosto de 2001 se dieron el sí quiero en una abarrotada catedral de Oslo. El príncipe portaba el uniforme militar mientras que la princesa eligió un vestido nupcial confeccionado por el modisto noruego Ove Harder Finseth.

Grandes amigos
Tanto Haakon como Mette-Marit tienen grandes amigos dentro de la realeza europea. Uno de sus más allegados es el rey de España. Felipe VI mantiene una buenísima relación con los noruegos desde hace décadas. Asistió a su boda y se convirtió en el padrino de su hija Ingrid. Este mismo año coincidieron en París para disfrutar de la final de Roland Garros que enfrentaba a Rafa Nadal con el joven talento nórdico Casper Ruud. Venció el español, pero los tres royals demostraron su buena relación.

Posado en familia
La última vez que vimos posar a Haakon y su mujer en una fotografía familiar fue en el retrato oficial que la Casa Real de Noruega se hizo con motivo del cumpleaños para celebrar la mayoría de edad de la princesa Ingrid Alexandra. En primera fila sentados vemos al rey Harald, la princesa Ingrid Alexandra y la reina Sonia. Justo detrás, de pie, vemos de izquierda a derecha, a su abuela Marit Tjessem, la princesa heredera Mette-Marit, el príncipe heredero Haakon, Marius Borg Hoiby y el príncipe Sverre Magnus de Noruega.
