Felipe de Edimburgo, más fuera que nunca del clan Windsor a consecuencia del Meghixt

El marido de Isabel II parece cada vez más alejado de las intrigas de la corte y también de los problemas familiares
Felipe de Edimburgo

Theresa May, la ex primera ministra británica, ha pasado a la historia por el discurso en el que dijo que “Brexit significa Brexit”. El duque de Edimburgo parece haber tomado buena nota y se ha aplicado lo de “jubilación significa jubilación”. Desde finales del 2018 que el marido de Isabel II decidió alejarse de la vida pública y no seguir representando a la corona como había hecho en los último 60 años para vivir los últimos años completamente retirado y alejado de los líos de la corte. Pues parece que se lo ha tomado tan en serio que incluso se ha “jubilado” de su propia familia.

Isabel II y Felipe de Edimburgo - Gtres

Los últimos acontecimientos así lo demuestran. Cuando surgió el escándalo Epstein que causó un gran revuelo en la familia y propició el alejamiento del príncipe Andrés de la vida pública, Felipe de Edimburgo no hizo ni el más mínimo amago por intervenir. Ahora, con la mayor crisis en la corona desde la muerte de Diana de Gales, a causa de la “abdicación” de los duques de Sussex, el príncipe consorte no solo se ha puesto de perfil, sino que además se ha quitado completamente de en medio y no es solo una metáfora. Tras la filtración del comunicado de Harry y Meghan se formó un gabinete de crisis que ha llevado a que este lunes la reina, e príncipe Carlos y sus dos hijos, William y Harry, se reunieran en Sandringham, palacio donde reside actualmente el marido de Su Graciosa Majestad. Así, momentos antes de que “la tropa”- forma jocosa en la que Felipe se refiere a sus familiares- entrara por la puerta del palacio, el duque rebelde lo abandonaba como quien dice “yo me voy. Resolverlo vosotros que yo estoy jubilado”.

Isabel II, Felipe de Edimburgo y los duques de Sussex - Gtres

Aunque pueda sorprender, pensándolo bien, no debería. Se trata de una actitud 100% Felipe de Edimburgo. Desde siempre que el aristócrata, antes príncipe de Grecia y Dinamarca, se ha mostrado como un verso suelto. A sus 98 años, el esposo de Isabel II parece haberse jubilado en todos los aspectos y sin marcha atrás. Los problemas de “la firma” se deben de resolver en “la firma” y como el ya no la representa, por mucho que siga casado con la Jefa del Estado, su papel parece ya no ser ni tan siquiera relevante.

Es, sin duda, aparte de una declaración de intenciones por parte del duque, un aviso a navegantes, principalmente a los que pretenden abandonar el barco. Cuando uno deja de representar a la corona, lo hace con todas las consecuencias. Si Meghan y Harry, principalmente el príncipe, pretenden tener un pie dentro y otro fuera de la institución, el “abuelo” Felipe ya les está enseñando de alguna manera la puerta de salida. Y es que al final, “fuera significa fuera”. Quizá los Sussex no sean aun conscientes, pero a partir de ahora poco o nada se contará con ellos.

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